La democracia crea aceptación y estabilidad
Las democracias, como un baluarte de la libertad, la justicia y la prosperidad, ofrecen las mejores condiciones para una buena convivencia de sus ciudadanos.
Las elecciones libres permiten la participación de todos los ciudadanos en el estado. En una democracia, cualquiera tiene la libertad para asumir la responsabilidad y postularse a cargos públicos. La democracia concilia la libertad del individuo con las aspiraciones de la sociedad. Esto genera un sentido del bien común.
El gobierno depende de la voluntad del pueblo. Así, la democracia crea su propia aceptación y estabilidad. Este es el secreto de su éxito.
Las democracias deben cumplir con determinadas condiciones y pueden organizarse de diferentes maneras. En este folleto, hemos formulado los principios para una democracia representativa parlamentaria que en nuestra opinión constituyen la base para la mejor democracia.
De este modo queremos promover una democracia representativa parlamentaria.
La dignidad humana es intangible
El respeto a la dignidad de cada ser humano está en el corazón de la política. El hombre no es un objeto del estado. El estado existe para los ciudadanos.
El estado está sometido en todas sus actividades a los derechos fundamentales. Estos nos protegen y garantizan nuestra libertad.
Derechos fundamentales importantes son: La inviolabilidad de la persona, la igualdad ante la ley, la libertad de expresión, la libertad de reunión, la libertad de religión, la inviolabilidad del domicilio, el derecho a la propiedad, la igualdad entre hombres y mujeres, la libertad de movimiento. Si los derechos fundamentales son infringidos, cualquier persona puede solicitar la protección ante una corte. No puede haber democracia sin derechos fundamentales.
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