El 17 de julio de 2020 se realizó, a través de la plataforma zoom, el desayuno “Agenda Internacional” organizado por el Instituto de Estudios Internacionales de la Pontificia Universidad Católica del Perú (IDEI) y la Fundación Konrad Adenauer (KAS) en el Perú con el propósito de analizar los impactos de la pandemia de COVID-19 en el actual orden internacional, teniendo una visión del Perú. Para tal efecto, se reunió a un conjunto de autoridades y especialistas en relaciones internacionales quienes debatieron sobre la temática.
Como punto de partida, se destacó el hecho de que la pandemia no estaba en la lista de amenazas prioritarias capaces de afectar al mundo de una manera tan transversal como lo está haciendo la COVID-19. Si bien se puede ver que la capacidad de respuesta de los países desarrollados y no desarrollados frente a esta crisis sanitaria es distinta, ningún Estado puede afirmar que estaba preparado para afrontarla.
Los participantes coincidieron en señalar que la pandemia llegó en un contexto en el cual, ya se venía experimentando desde hace varios años, una serie de cambios en el orden internacional que evidenciaban la crisis del multilateralismo; y que la emergencia sanitaria internacional solo está acentuando algunas tendencias antiglobalizadoras, proteccionistas, autoritarias y nacionalistas que ya existían.
En este escenario, ante la falta de una iniciativa colectiva validada en el sistema internacional, que permita hacer frente a la crisis, se puede ver a los países tomando iniciativas dispersas, teniendo una mirada desde adentro, reforzando sus soberanías y dejando relucir la idiosincrasia de sus líderes.
Un ejemplo claro de lo señalado se evidencia en la relación entre China y Estados Unidos, la cual no solo se ha traducido en una guerra comercial sino en una pugna vinculada a cuestiones de poder que se agudiza con la personalidad de sus representantes. En medio de la pandemia se puede ver a China tratando de reafirmar sus credenciales como gran potencia y a Estados Unidos dispuesto a evitar esta reafirmación.
Sin perjuicio de lo mencionado, los participantes destacaron la actuación que viene teniendo la Unión Europea (UE), la cual, a pesar de las tensiones al inicio de la pandemia y las dificultades internas que aún tiene por resolver, ha podido atender, bajo el liderazgo franco-alemán a los países más afectados de la comunidad, lo que podría significar una oportunidad en la UE para mejorar las relaciones internas entre los países miembros y profundizar más el proyecto comunitario.
Con relación al Perú, al igual que en América Latina, se observa el crecimiento preocupante de la pandemia; el débil sistema de salud e infraestructura hospitalaria no ha permitido al país afrontar de manera eficiente esta crisis. De manera similar a lo que sucede con la crisis del multilateralismo, esta debilidad ya estaba presente hace varios años y lo que está haciendo la pandemia solo es agudizar problemas y deficiencias existentes.
Durante el debate hubo consenso al señalar que, en el corto plazo, habrá una lucha por conseguir las vacunas y tratamientos más efectivos que permitan a los países mitigar los efectos de la pandemia; sin embargo, el desafío más grande que se plantea, a mediano y largo plazo, es la reactivación económica, la cual definitivamente necesitará de acciones colectivas y articuladas por parte los países.
El Perú es una pieza de muchas que constituyen el orden internacional y que depende del comercio internacional; por ello es necesario definir cómo se adaptará y posicionará en un mundo que pareciera estar cerrándose desde el punto de vista de la producción y del comercio.
En ese sentido, el Perú necesita unir esfuerzos y aprovechar la cooperación internacional para, en una primera instancia, poder negociar los precios y la entrega de las vacunas y en una segunda instancia, aprovechar y mejorar su participación en las nuevas cadenas de valor que se abrirán tanto a nivel regional como con miras al mercado mundial.
A lo largo del diálogo, se identificó a la Alianza del Pacífico como uno de los espacios, a través del cual el Perú puede aprovechar esta cooperación. Para ello será necesario que se busquen soluciones de la mano de países que ya lo acompañaron antes y trabajar, en conjunto, para que este grupo de integración regional se fortalezca y pueda no solo captar inversiones y reactivar el comercio, sino que también permita, a través de la nuevas tecnologías, desarrollar e impulsar la economía digital.
En el marco de lo antes mencionado, se concluyó que, efectivamente, la pandemia ha agravado la crisis de solidaridad y multilateralismo en el actual orden internacional; sin embargo, esta emergencia sanitaria también constituye una ventana de oportunidad para que los países puedan enfrentarla con una nueva visión, reestructurando los espacios de cooperación internacional que permitan a los Estados pensar como comunidad y plantear verdaderas soluciones globales frente a problemas de alcance global.