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La Unión democráta-cristiana alemana exige más presión a la crisis en Venezuela
El 23 de enero de 2019, hace hoy un año, Juan Guaidó, Presidente electo de la Asamblea Nacional de Venezuela, se declaró como Presidente encargado del país.
Su proclamación se hizo de acuerdo con el artículo 233 de la Constitución Venezolana. La "reelección" del presidente venezolano Nicolás Maduro en mayo de 2018, no fue reconocida ni por el parlamento venezolano, ni a nivel internacional, ni por Alemania, ni la UE. Por lo tanto, fue resuelto y acertado que el gobierno alemán reconociera a Juan Guaidó, así como más de 60 otros Estados, como el presidente encargado legítimo, con el objetivo de convocar nuevas elecciones.
Desde hace varios años seguimos con gran preocupación los acontecimientos en Venezuela: una crisis económica se ha convertido en una crisis humanitaria compleja. En un país realmente muy rico, la población sufre una catastrófica falta de alimentos y medicinas.
Según el ACNUR, más de 4,5 millones de personas han abandonado el país. Esto corresponde a alrededor del 15% de la población. Por el gran flujo de refugiados la estabilización de la región está amanezada. También en Europa estamos notando las consecuencias de la crisis: Junto con Siria y Afganistán, Venezuela es uno de los principales países de origen donde se solicita el asilo.
El último afligido punto culminante de esta crisis en Venezuela fue el 5 de enero de 2020, cuando el régimen de Maduro impedió con la ayuda de soldados que los parlamentarios electos entraran en la Asamblea Nacional. El objetivo era impedir la reelección regular de Guaidó como Presidente del Parlamento. Como miembros del Bundestag Alemán condenamos esta acción con la mayor firmeza.
Del mismo modo, la Organización de Estados Americanos (OEA) ha vuelto a criticar fuertemente este "uso de la fuerza y las tácticas intimidatorias" del régimen de Maduro.
Una de las últimas instituciones independientes del régimen es la Iglesia Católica. El hecho de que los obispos del país hayan exigido la dimisión de Maduro en una notable carta de Año Nuevo es, por lo tanto, de gran importancia. Su llamamiento urgente para que se dé un nuevo comienzo político y social al país merece el pleno apoyo de la comunidad internacional.
Alemania y la UE deben utilizar su capacidad de diálogo y presión diplomática para contribuir a un contexto que facilite reformas políticas sostenibles.
Para ello, Venezuela necesita elecciones presidenciales universales, libres y justas, llevadas a cabo por un Consejo Nacional Electoral reformado e independiente y un Tribunal Supremo de Justicia reformado e independiente. Asimismo, es de gran importancia que la gran cantidad de venezolanos que han sido expulsados del país pueden expresar su voz. Los observadores electorales internacionales deben garantizar la credibilidad de dicho proceso.
Para que este proceso tenga éxito, los aliados y socios del régimen de Maduro deben ser responsables de la misma manera. Esto vale especialmente para Rusia, China y Turquía. El gobierno alemán debería aprovechar el segundo año de su participación en el Consejo de Seguridad de la ONU para seguir abordando el impacto regional desestabilizador de Venezuela a través del formato E3.
Las sanciones específicas de la UE, EE.UU. y Canadá están surtiendo efecto: hasta el momento, el régimen de Maduro se ha abstenido de detener a Juan Guaidó. Las sanciones deben mantenerse, ampliarse y ajustarse aún más para que afecten a la dirección del régimen y al crimen organizado. Los vínculos del régimen de Maduro con los grupos guerrilleros en Colombia se están convirtiendo cada vez más en un problema para toda la región.
En diciembre, el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la UE despejó el camino para una "Ley Magnitsky" de alcance mundial. Se trata de un paso importante que nos permitirá en el futuro llevar a los responsables ante la justicia e imponer sanciones de forma más decidida sobre la base del Estado de Derecho.
Tanto la cooperación regional en América Latina como las iniciativas diplomáticas, por ejemplo, el Grupo de Lima siguen mereciendo nuestro apoyo y aliento para superar la crisis en la región. Como importantes actores regionales, ellos tienen una influencia especial para aumentar aún más la presión sobre el régimen de Maduro.
A corto plazo, nuestro objetivo debe ser lograr un alivio concreto para las personas presenciales. Para ello, debemos mantener el acceso de las organizaciones internacionales de ayuda humanitaria, y, también seguir apoyando a los países vecinos de la región en la recepción y el suministro de refugiados.
A largo plazo, se necesitan esfuerzos intensos para reconstruir las estructuras democráticas. Nuestras fundaciones políticas sobre el terreno, igualmente, pueden prestar apoyo en este sentido.
Para nosotros está claro: 30 años después de la revolución pacífica en la antigua RDA y de la consiguiente reunificación alemana, nuestro lugar hoy está del lado de los ciudadanos de una Venezuela libre y democrática.
Jürgen Hardt MdB es el portavoz de política exterior del grupo parlamentario CDU/CSU
Dr. Andreas Nick MdB es ponente para Sudamérica en la Comisión de Asuntos Exteriores del grupo parlamentario CDU/CSU
Peter Weiß MdB es presidente del grupo de trabajo para América Latina del grupo parlamentario CDU/CSU
Disponible en el idioma alemán: https://www.tagesspiegel.de/politik/interimspraesident-juan-guaid-union-fordert-mehr-druck-in-venezuela-krise/25463432.html