La pandemia por COVID-19 afectó a la economía mundial, tanto de manera directa como a través de las medidas que los países debieron adoptar para enfrentarla. Esto derivó en la mayor caída de la economía mundial desde los años treinta (-3,2%) (FMI, 2021). El efecto de la crisis sanitaria fue particularmente severo en América Latina y el Caribe. La región debió enfrentar situaciones complejas vinculadas con su abastecimiento (tanto de alimentos como de insumos médicos), resiliencia económica, seguridad social, servicios de salud pública, entre otras. Como consecuencia, durante 2020, la región experimentó la mayor contracción del producto interno bruto (PIB) en el ámbito mundial, con una caída del 6,8% (CEPAL, 2021a). No obstante, no fue el ámbito económico el único golpeado por la pandemia por COVID-19: la crisis afectó también el progreso comprometido en la Agenda 2030, en sus dimensiones económica, social y ambiental. Pese a concentrar solo el 8% de la población mundial, América Latina y el Caribe concentró el 15% de las muertes como consecuencia de la pandemia por COVID-19.
Sin embargo, a través de distintos acercamientos, tanto desde los gobiernos centrales como los organismos de integración, los gobiernos subestatales y la sociedad civil, se buscaron caminos para contener estos impactos. Las estrategias seguidas variaron considerablemente, así como los resultados, pero para finales de 2021 la región presentaba un alto porcentaje de su población con el esquema completo de vacunación, al tiempo que los fallecimientos por COVID-19 habían disminuido, las políticas macroeconómicas comenzaban a surtir efecto y el tránsito transfronterizo de bienes y personas emprendía un proceso de normalización. El comercio internacional enfrentó grandes desafíos a raíz de la pandemia por COVID-19, pero la recuperación fue rápida y el impacto menos profundo que lo pronosticado inicialmente (Giordano y Michalczewsky, 2021). El comercio demostró ser más resiliente de lo esperado y, junto con los paquetes de estímulo monetario y fiscal (en especial de las economías avanzadas), contribuyó a dinamizar la actividad económica mundial.
En América Latina y el Caribe, las exportaciones de bienes se vieron favorecidas por el alza de los precios de las materias primas (CEPAL, 2021a), lo que hizo cerrar el 2021 con una fuerte alza del 37% en su valor. Para el año 2022, se proyecta un aumento de las exportaciones en 20% (CEPAL, 2023). El caso de los servicios presenta un escenario distinto, debido a que la región tiene un patrón exportador centrado en el turismo y transporte, que son los dos sectores más golpeados por la pandemia. Sin embargo, durante el primer semestre de 2021 se desaceleró la caída de las exportaciones de bienes de la región, aunque con un desempeño dispar entre sectores y países.
La perspectiva de una rápida recuperación del comercio regional no debe generar una falsa sensación de seguridad o estabilidad. De hecho, el escenario de salida de la crisis presenta grandes desafíos. Entre ellos, se destacan el gran aumento del costo del transporte marítimo de mercancías, la crisis generada por la escasez de contenedores, el impacto ocasionado por las restricciones de oferta en la industria de microprocesadores y las grandes limitaciones que aún enfrentan rubros como el turismo. A esto se sumaron, ya en 2022, los múltiples impactos negativos de la invasión de Rusia a Ucrania, sobre todo en lo relativo al abastecimiento mundial de alimentos, combustibles y fertilizantes. Todo esto subraya la necesidad de enfrentar el escenario pospandemia con políticas públicas activas y un fuerte compromiso con el desarrollo económico, social y ambiental que plantea la Agenda 2030.
Después de la pandemia por COVID-19, la región debe retomar los desafíos pendientes vinculados con su inserción en el comercio internacional, que fueron relegados a un segundo plano debido a la crisis sanitaria. La recuperación pospandemia se presenta como una oportunidad para plantear políticas públicas tendientes a fortalecer la inserción internacional de América Latina y el Caribe y su contribución al desarrollo de la región. El propósito de este libro es presentar algunas de las grandes temáticas que deben abordarse, ofreciendo un recuento de su evolución y estado actual, así como ciertas proyecciones y recomendaciones de política.
En los siguientes párrafos, esta introducción ofrece al lector un panorama del comercio de América Latina y el Caribe antes de la pandemia por COVID-19. El enfoque se centra en el comercio de bienes y servicios, analizando tanto el desempeño de los países de la región en su comercio intra y extrarregional, como el escenario que planteó el sistema multilateral de comercio. Acto seguido, se introducen las temáticas abordadas por los restantes diez capítulos que componen el libro.