Un Siglo de Economía en Bolivia
(1900 – 2015)
Tomo II - Working Papers
Introducción
El fortalecimiento de la democracia y el Estado de Derecho son los campos tradicionales de la actividad que desarrolla y seguirá desarrollando la Fundación Konrad Adenauer (KAS) en Bolivia y en América Latina. En el ámbito económico la orientación está dirigida a apoyar la temática de la Economía Social de Mercado (ESM) en general, la economía y las políticas públicas que mejoren el bienestar de los bolivianos en particular. A más de 60 años de políticas públicas bajo el modelo de la ESM, la gran mayoría de la población alemana acepta este sistema como el orden económico de Alemania. Los factores que contribuyen particularmente a esta aceptación fueron la aplicación consecuente de este concepto de ordenamiento, y los buenos resultados económicos y sociales logrados rápidamente en la fase inicial de su aplicación en la República Federal de Alemania y aún hoy se siguen cosechando los resultados positivos de ese interesante modelo económico.
El respeto por la dignidad del ser humano, su derecho a diseñar su vida con responsabilidad y en función de parámetros personales, se convirtió en el fundamento del nuevo modelo de una economía liberal, más allá de toda teoría económica. El concepto de ESM presenta un modelo para un orden económico pero además social, basándose fundamentalmente en: la organización democrática de la libertad política, respetando el componente social, y la coordinación de amplios sectores del sistema económico a través del mercado. La ESM le confía al mercado, debido a sus decisiones descentralizadas, la solución del problema de la alocación de recursos.
Con esta publicación lo que pretendemos, no es difundir e implementar el modelo económico alemán, sino por el contrario el evaluar y analizar propositivamente el pasado, nos permite definir y ver con optimismo al futuro; pero además; mirar en retrospectiva, nos ayuda a identificar cuáles han sido los problemas y las limitaciones que han hecho de Bolivia un país atrasado, a su vez analizar cuáles han sido sus avances más significativos en estos 115 años de historia de Bolivia (1900-2015); ello en el futuro se constituiría en un insumo importante para los hacedores de políticas públicas para que con esta investigación puedan diseñar políticas basados en evidencia, en datos, en los errores y aciertos de las diferentes administraciones gubernamentales que tuvieron la oportunidad de conducir la economía de este país. En América Latina y en Bolivia los ciudadanos opinan que la democracia es un sistema político superior a todos los demás, así Bolivia el 10 de octubre del 2017 celebró 35 años de la recuperación de la democracia, pero su historia desde la creación como república se remonta a 1825. Muchos eventos en el ámbito económico y político han pasado en este período para los bolivianos. Aun así, considerando el trasfondo de la actual crisis financiera y económica internacional, existe el peligro real de que importante porciones de la población, sobre todo los sectores más afectados por la pobreza, vulnerabilidad y la desigualdad de oportunidades, ya no relacionen la democracia con una mejora de su situación individual y aumente la preferencia por otros modelos económicos y políticos.
En esta perspectiva, es de interés de la Oficina Bolivia de la Fundación Konrad Adenauer (KAS) analizar y reflexionar sobre la problemática económica, social y política nacional y de esa manera plantear soluciones fundamentadas y alternativas que permitan resolver los problemas económicos y políticos que Bolivia ha venido arrastrando históricamente. Para ello y por su importancia económica, hemos centrado la atención en analizar los siglos XX y XXI desde 1900 inicio del boom del estaño y la goma hasta el 2000 cien años de economía, pero también hemos querido dar una mirada a 15 años más de transformaciones económicas, sociales y políticas del país, período en el que el tercer producto primario en la historia boliviana, después de la plata y el estaño; el “gas”, trajo bonanza de una década a la economía enclavada en el corazón de sud américa.
El Objetivo de la investigación
Consiste en evaluar y valorar el grado de desarrollo relativo y retroceso de la economía boliviana, toda vez que terminó el siglo XX y han transcurrido 17 años del siglo XXI, entonces es tiempo de realizar una evaluación respecto a lo que nos ha dejado el siglo XX y de la forma como se ha llegado a la situación actual (2015). Así es necesario mencionar que a fines de la década de los años 90s se realizaron importantes contribuciones sobre el desempeño de la economía boliviana en el siglo XX, con enfoques globales y sectoriales ; empero, no cubrían el conjunto del siglo y menos los quince años del siglo XXI.
En ese sentido, se considera necesario realizar un balance sobre la herencia que dejó el siglo XX y la forma como se desempeñó la economía entre los años 2000 y 2015, tomado en cuenta las tendencias fundamentales, los sectores importantes de la economía boliviana, así como en los diferentes ámbitos de la política económica, la idea es mirar al 2025 toda vez que Bolivia cumplirá 200 años desde su fundación.
La Línea analítica del libro
La economía boliviana, como parte de su herencia colonial, se ha organizado en base a la explotación de recursos naturales principalmente no renovables, (RNNR), minerales, petróleo y gas natural. La explotación de estos recursos ha generado rentas importantes en beneficio del Estado las que constituyeron y constituyen hoy un aporte determinante, en los ingresos fiscales, sin embargo algunos investigadores coinciden en afirmar que esa orientación trajo un crecimiento empobrecedor que no permitió a los bolivianos diversificar e industrializar su economía evidenciándose el fenómeno de enfermedad holandesa, sumado a ello esas rentas no redujeron pobreza ni mucho menos revirtieron inequidades. Por otra parte, las exportaciones de los RNNR también contribuyeron de forma significativa en la estructura de las exportaciones y, en consecuencia, en la generación de divisas pero erráticas políticas públicas no permitieron generar desarrollo para los bolivianos. En otras palabras, la base de la economía boliviana ha sido y es primaria exportadora. Asimismo, la estructura institucional parece haber respondido a esta característica estructural y la política económica se ha orientado, casi siempre, a la captación de las rentas, a su distribución y asignación, que la mayoría de las veces fue ineficiente.
Aspectos metodológicos que deben destacarse
Sin duda, en Bolivia este proyecto ha sido el proyecto más ambicioso en investigación sobre el comportamiento económico del país que le ha tocado dirigir a la Oficina Bolivia de la Fundación Konrad Adenauer (KAS). Se han invitado a 22 investigadores expertos en el área económica, 4 investigadores trabajaron específicamente los datos históricos y las bases de series estadísticas, una editora que compiló todas las investigaciones y la investigación ha sido apoyada por 3 pasantes alemanes. Sobre los aspectos técnicos, consiste en identificar e investigar en cada uno de los sectores y ámbitos de la economía nacional, los aspectos clave que responden a la característica fundamental de la economía boliviana que es primaria exportadora, tomando en cuenta los ciclos económicos-políticos, eventos y novedades en el ámbito económico importantes, temáticas transversales del bienestar como los son pobreza, salud, desarrollo humano entre otros y que han transcurrido en el siglo XX e inicios del siglo XXI, para ello se ha identificado una periodización especifica que marca los puntos de inflexión en la historia nacional la cual se detallada a continuación:
NoEtapaDeHasta
1.Liberalismo19001930
2.Nacionalismo 19301952
3.Revolución Nal.19521985
4.Neoliberalismo19852005
5.Neo estatismo20052015
Aspectos Centrales de la publicación
Un siglo de economía en Bolivia (1900-2015), en su segundo volumen subtitulado: Working Papers es una colección de 11 diferentes miradas desde la perspectiva económica para identificar el hilo conductor que está relacionado a aspectos macro y microeconómicos de la historia económica de Bolivia, que explican su lento y escaso desarrollo. Desde la independencia (1825) la pobreza en Bolivia está directamente asociada con la privación de los activos esenciales y es más común entre la población que reside en el área rural y en los centros mineros donde habitan los pueblos y comunidades indígenas que se encuentran en el umbral de la pobreza, cuentan con bajos niveles de educación, precario e inequitativo acceso a la salud y bajos niveles de desarrollo humano. Las áreas rurales son consideradas áreas menos favorecidas, donde los pobres son generalmente indígenas y/o campesinos agricultores dueños de pequeñas parcelas, los cuales no tienen acceso al crédito ni a la infraestructura básica. Nuestro país, comenzó el siglo XX con una pesada deuda pública ello rezago avances en crecimiento y por ende sus efectos distributivos en términos de la calidad de vida de sus habitantes. Por un largo período, se mantuvo el aislamiento secular de la población indígena en lo que respecta a la propiedad, a la educación y a los derechos (humanos, sociales y cívicos) lo que no contribuyó a la cohesión, a la formación de capital humano, social ni a la constitución de una Nación. No hubo preocupación ni progreso en el campo de la educación, tampoco había preocupación por el estado de salud de la población. Así, con un nivel de educación precario, era poco probable que hubiese incorporación o avances en tecnología. Por tanto, era imposible suponer que hubiese habido ganancias en productividad, luego que hubiese habido desarrollo. Por otra parte, Bolivia por décadas era considerada una Mina y la importancia que se dio a la minería tuvo como efecto relegar las otras actividades económicas, en particular, a la agropecuaria y a la manufactura. Mirar las lecciones que dejó el pasado y comprender lo que sucedió, es la mejor manera de construir, con optimismo un futuro mejor para los bolivianos.
Contenido
En el capítulo primero, Rolando Morales Anaya analiza el: Crecimiento y Desarrollo. El desarrollo de Bolivia en el siglo xx y a comienzos del siglo xxi. Considera que nuestro país, comenzó el siglo xx con una pesada deuda pública ello rezago avances en crecimiento y por ende sus efectos distributivos en términos de la calidad de vida de sus habitantes. Por un largo período, se mantuvo el aislamiento secular de la población indígena en lo que respecta a la propiedad, a la educación y a los derechos (humanos, sociales y cívicos) lo que no contribuyó a la cohesión, a la formación de capital humano, social ni a la constitución de una Nación. Rolando Morales Anaya, expresa que no hubo preocupación ni progreso en el campo de la educación, tampoco había preocupación por el estado de salud de la población. Así, con un nivel de educación precario, era poco probable que hubiese incorporación o avances en tecnología. Por tanto, para Morales Anaya, era imposible suponer que hubiese habido ganancias en productividad, luego que hubiese habido desarrollo. Por otra parte, Bolivia por décadas era considerada una Mina y la importancia que se dio a la minería tuvo como efecto relegar las otras actividades económicas, en particular, a la agropecuaria y a la manufactura. La economía crecía muy lentamente a pesar de los importantes saldos positivos que dejaban las exportaciones con relación a las importaciones.
Mauricio Medinaceli Monrroy elaboró el capítulo segundo e hizo una: Reseña histórica del sector hidrocarburos en Bolivia: 1916-2016. Considera, que el sector hidrocarburífero
después de la minería en Bolivia fue y es uno de los más importantes en el qué hacer económico del país. Medinaceli Monrroy muestra que, no es posible comprender las
elevadas tasas de crecimiento económico de los últimos años sin revisar el desempeño de dicho sector, en particular, la exportación de gas natural a Brasil y Argentina. La riqueza del sector es amplia, no solo por las varias etapas de la cadena de valor, exploración, explotación, transporte, refinación, industrialización y comercialización; si no también, porque muchas veces el desempeño de estas variables es transversal al resto de la economía a través de precios finales de la energía, tributos aportados, generación de inversión y empleo, impacto sobre el medio ambiente, relación con los pueblos originarios, relación con otros países, entre otros. Mauricio Medinaceli Monrroy identificó que la primera concesión petrolera fue adjudicada por Mariano Melgarejo en febrero de 1867 a Mekest y Hansen, dicha concesión fue por diez años en el departamento de Tarija, dado que no existe información posterior se infiere que los resultados de este emprendimiento fueron negativos. Considera que dado que el nivel de institucionalidad que presentaba en ese momento la joven República no estaba preparada para este tipo de industria.
El capítulo tercero que trata el rol de: Las Empresas del Estado en el siglo xx y xxi es analizado por José Gabriel Espinoza Yañez, el cual considera que la presencia del Estado, a través de empresas públicas en la economía nacional ha sido una constante durante todo el siglo xx y lo que va del xxi. Sin embargo, el autor muestra que las empresas públicas en general no han sido concebidas mediante un proceso planificado, para lo cual se aplican conceptos jurídicos flexibles para su creación y que en muchos de los casos surgen a partir de la necesidad de proveer servicios públicos; de la confiscación de empresas que en principio eran privadas; como intervención del Estado en actividades “estratégicas” o como resultado de nacionalizaciones.
Iván Velásquez-Castellanos y Luis Dips Salvatierra en el capítulo cuarto, centran su análisis histórico en la: Pobreza, Salud, Estándar de Vida y Desigualdad en Bolivia. Consideran que Bolivia es el país después del Brasil y Chile más desigual en términos de la distribución de su ingreso, casi la mitad de su población vive en condiciones de pobreza y entre 1825 y 1900, el 92 por ciento de la población vivía en condiciones de pobreza, el acceso a la salud y educación es altamente inequitativa, a pesar de su enorme riqueza en recursos naturales: minerales e hidrocarburos principalmente. Para Velásquez-Castellanos y Dips Salvatierra la situación en términos del estándar de
vida de la población boliviana se debate entre la precariedad en Salud, Pobreza y vulnerabilidad, al inicio de la república debido a la guerra de los 15 años, la situación en términos de salubridad y salud no era mejor que en la Colonia aparentemente las condiciones de la salud eran más precarias debido primero a que la hacienda nacional se encontraba en crisis económica y los presupuestos para salud y educación eran incipientes, por ello la salud de la población estaba seriamente amenazada por un sin fin de enfermedades. Las enfermedades más desconocidas generaban epidemias; por el hambre y la desnutrición; la carencia de agua y saneamiento básico, el desorden, la arbitrariedad y la falta de conocimientos en el manejo de los hospitales para atender a los enfermos y el ejercicio incipiente de las práctica médica.
Iván Velásquez-Castellanos y Luis Dips Salvatierra en lo que respecta a la desigualdad, encontraron que a pesar de los importantes avances sociales alcanzados desde los 90,
Bolivia no ha logrado significativo progreso en reducir la desigualdad. Comparado con el resto del mundo, el estado plurinacional cuenta con la más alta desigualdad del ingreso en Latinoamérica luego del Brasil. En Bolivia, la desigualdad contribuye no solamente a altos niveles de pobreza, sino que también genera tensión social y política ya que importantes grupos sociales se sienten marginados, discriminados y excluidos. La desigualdad del ingreso se incrementó significativamente durante el período 1997-2002, y Bolivia registro niveles de coeficiente Gini de alrededor 0.61 haciendo uno de los países con los más altos niveles de desigualdad del ingreso después de Brasil y Chile. En años recientes, este indicador no ha sufrido una modificación significativa el coeficiente Gini el 2009 se encuentra en 0.50 para Bolivia, y se observa que a nivel rural donde generalmente residen los indígenas la desigualdad del ingreso no es diferente y se encuentra desproporcionada de acuerdo a estándares internacionales, la cual está alrededor de 0.53. Para el 2017, Bolivia descendió en desigualdad de algo más de 0,5 a 0,45.
Darío Monasterio Suárez quien elaboró el capítulo quinto realizó un análisis de la: Descentralización y Autonomías. Las contradicciones y disputas regionales en la historia.
Monasterio Suárez encontró que la descentralización en Bolivia tiene una larga historia que se remonta al nacimiento como República en 1825. Los movimientos regionales por
la demanda de descentralización en Bolivia se desarrollaron de manera cíclica desde la regionalización iniciada y fracasada casi al mismo tiempo por Linares en 1850, pasando
por la guerra federal de fin del siglo xix hasta el referéndum inicial de los años treinta, rápidamente enterrado por el desarrollo de hostilidades en la guerra del Chaco y las posteriores dictaduras militares y civiles, incluyendo la revolución centralista de 1952. Monasterio Suárez considera que en el periodo liberal con el auge del estaño y la goma comenzó una etapa de reorganización administrativa y concentración del poder en el nivel central de gobierno, dando importancia a la minería como eje de crecimiento económico. En el año de 1931 se llamó a un Referéndum, cuyo objetivo era el de aprobar una Ley para alcanzar la Descentralización Administrativa, luego de la Guerra del Chaco, en primer lugar permitió la introducción del concepto gobierno departamental al ámbito político y por el otro estableció la posibilidad de que el gobierno departamental sea elegido por voto popular. En periodo del Nacionalismo (1930 - 1952) el debate sobre el unitarismo y federalismo por primera vez y de manera formal como expresión de las transformaciones políticas se dio en el período de los 50, ello permitió a identificar propuestas y demandas regionales pero al mismo tiempo la visión del gobierno era la construcción de un Estado unitario y centralista. Debido a ello la característica fue la de un Estado débil y con poca presencia a nivel regional y rural.
El capítulo sexto trata de: Los recursos naturales y la gestión macroeconómica en Bolivia, capítulo que estuvo a cargo de José Luis Evia Vizcarra quien explica que la maldición de los recursos naturales (The Curse of Natural Resources) es una expresión que hace referencia y está relacionada a una tendencia generalizada que muestran los países que cuentan con una importante dotación de recursos naturales como Bolivia, o que experimentan shocks positivos en las dotaciones o en los precios relativos de sus recursos naturales, a exhibir tasas de crecimiento económico inferiores a los demás países donde no se presentan. Sin duda, la literatura económica muestra que existen numerosos estudios que han tratado de evaluar la significatividad de dicha relación entre tasas de crecimiento y boom de recursos naturales.
Carlos Hugo Barbery Alpire elaboró el capítulo séptimo titulado: Una visión alternativa sobre la banca y el sistema de intermediación financiera. A partir de la fundación de la República de Bolivia el 6 de agosto de 1825 hasta la constitución del Estado Plurinacional de Bolivia (7 de febrero de 2009), el Sector Financiero ha sido una parte fundamental en la Historia Económica de Bolivia; su comportamiento y su tendencia marcó positiva y negativamente a los agentes económicos y al sistema de intermediación financiera, en los últimos cien años. El autor identifica que uno de los últimos hitos históricos referentes al Sistema Financiero en Bolivia a finales del siglo xix se encuentra la primera Ley de Bancos de Emisión, aprobada y promulgada mediante Ley del 30 de septiembre, de 1890 durante el gobierno del Dr. Aniceto Arce. En el periodo del liberalismo (1900-1930) que inicia con el gobierno del Gral. José Manuel Pando –miembro del partido liberal– en 1899 hasta el derrocamiento del gobierno del Lic. José Gutiérrez Guerra Barbery Alpire destaca que iniciando el siglo xx se funda uno de los bancos más emblemáticos del país, el Banco Mercantil que inició actividades en la ciudad de Oruro el 01 de diciembre de 1906.
El capítulo octavo trata sobre: Las finanzas públicas en la historia de Bolivia elaborado por Carlos Schlink Ruiz quien mostró que Bolivia es considerada un país de crisis desde la Guerra de la Independencia que duró por 15 años y dejaron al país en una condición económica deplorable, a partir de ese momento cada periodo tiene identificado serios conflictos sociales y que en la actualidad no terminan de solucionarse. Con la crisis de la Guerra del Pacífico, la Gran Depresión del 29, la Guerra del Chaco, la Revolución del 52, la Marcha por la Vida el 85 y la Guerra del Gas en 2003, los ciclos económicos de la economía boliviana están marcados por la confrontación. Desde sus inicios Bolivia fue cambiando de modelos económicos de acuerdo a las crisis que se enfrentaron y las necesidades que se fueron presentando en el País. El liberalismo fue practicado por Sucre y Bolívar, el estatismo y proteccionismo por Belzu, regresando nuevamente el liberalismo de Pacheco, Arce, Siles y Saavedra. El nacionalismo estatista impuesto por una revolución Nacional de Paz Estenssoro, el neoliberalismo de Sánchez de Lozada, hasta llegar hasta nuestros días con un modelo de tipo Neo-estatista de Evo Morales.
Hernán Zeballos Hurtado elaboró el capítulo noveno titulado: El desarrollo de la agricultura a partir de la revolución del 52. Considera que las principales medidas de política y proyectos que cambiaron drásticamente el panorama de una política dominada por un sector minero que proporcionaba la principal fuente de ingresos del país, al cual un sector agropecuario enclavado en la parte andina de nuestro territorio, dominada por un sistema feudal de propiedad de la tierra, proveía una canasta muy reducida de alimentos, la cual debía complementarse mediante importaciones que superaban a las escasas exportaciones de productos agropecuarios, generando una balanza comercial deficitaria. El oriente boliviano, desconectado del resto de Bolivia, escasamente mediante el esfuerzo de ciertos productores y comercializadores, proveía el azúcar que requería el occidente nacional.
El capítulo decimo: Bolivia en el Siglo xix y su desempeño económico (1880-1910) es obra de Alexis Pérez Torrico quien mostro que si bien el hilo conductor es la minería la
presente memoria se extiende más allá hacia la economía de bienes no transables (economía interna) que es la agricultura, actividad del más del 70 por ciento de la población.
El cultivo de puna, altiplanos, valles y los llanos orientales satisfacían las áreas urbanas que eran pequeñas y no permitían ampliar la producción. Con una geografía accidentada, espacios escasamente articulados y un transporte de alto costo. Estas condiciones, creaban conflictos entre el Estado y las regiones por las políticas de puerta abierta que provocaban el declive de la economía regional. Luego se expone la Hacienda Pública y el comercio exterior, en los ingresos del Estado. Se incorpora también las relaciones del país con sus vecinos y la presión sobre sus fronteras por intereses económicos. Perez Torrico mostro que el laboreo minero es un legado del orden colonial que se sustentaban en la explotación de metales preciosos y la mano de obra. La explotación se apoyaba en la mita, subsidio que la corona concedía al sector privado incluyendo el insumo del mercurio. Este sector no tenía experiencia en el laboreo sólo seguían el curso de la veta y solo aprovechaban los clavos, puentes y picos. Cuando la mina se anegaba se extraía con botas de cuero incrementando los costos. Se puede afirmar que ésta fue una de las causas del abandono de la actividad minera.
El capítulo décimo primero: Ciclos económicos de Bolivia desde el siglo xx, estuvo a cargo de Julio Humérez Quiroz, mostró que la economía Bolivia a lo largo del siglo xx
ha reflejado un comportamiento cíclico, caracterizado por periodos de recesión, que en algunos periodos se ha transformado en depresión, seguido por periodos de recuperación
y bonanza, y nuevamente por periodos de desaceleración y recesión económica. Las etapas de recesión y depresión por las que ha transitado la economía boliviana estuvieron precedidas por profundos cambios estructurales como la revolución nacional de 1952 y por severas crisis originadas en una amalgama de crisis externa y desaciertos de las políticas domésticas, como la crisis de deuda externa de 1982 que antecedió a la profunda crisis económica de la primera mitad de los ochenta y los distintos programas de estabilización fallidos para superarla, y también por contextos externos sumamente favorables que se han traducido en términos de intercambio positivos y que han significado para la economía del país periodos de bonanza tales como la década del sesenta y buena parte del setenta, y recientemente entre mediados del dos mil y dos mil diez.
La ocurrencia de esta secuencia de etapas de crisis económica seguida por fases expansivas afecta de manera asimétrica a la población, particularmente a los pobres. En las
etapas expansivas los negocios florecen, acompañado por la creación de empleo y aumento en los ingresos, y un mejoramiento relativo en los indicadores sociales, en tanto que en periodos de recesión y depresión, las empresas incurren en pérdidas y se ven obligadas a reducir sus planillas de personal y en muchos casos al cierre. En estas condiciones la tasa de desempleo aumenta aceleradamente, los ingresos de los hogares se reducen y los indicadores sociales se deterioran.
Finalmente, esta publicación desea ser un aporte positivo a la investigación, al debate y a la formulación de políticas públicas que permitan avizorar un futuro prometedor para los bolivianos.
Bereitgestellt von
Auslandsbüro Bolivien
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