Veranstaltungsberichte
Del 9 al 11 de agosto se realizó el cuarto módulo de los cursos de capacitación política indígena en la ciudad de La Paz, organizados por la Fundación Konrad Adenauer (KAS) Bolivia. Estos cursos son para un grupo preseleccionado de jóvenes líderes indígenas de todo el país, que pasan clases cinco veces al año durante un fin de semana. En esta ocasión el módulo se denominó “Organizaciones y programa políticos” y fue dictado por el ex político Carlos Böhrt. El objetivo del módulo fue introducir a los alumnos en el conocimiento del sistema de organizaciones políticas y desarrollar destrezas para el análisis político y la elaboración de un programa político.
Contenidos del módulo
El señor Böhrt empezó el módulo realizando un repaso teórico sobre el Estado plurinacional, la democracia intercultural y las organizaciones políticas en Bolivia.
Bolivia hoy en día es definida en la Constitución Política del Estado (CPE) como una Estado plurinacional, conformado por la totalidad de las y los bolivianos, las naciones y pueblos indígenas originarios campesinos, y las comunidades interculturales y afrobolivianas. Una definición del Estado no se proporcionó hasta la reforma constitucional del año 2004, donde el Estado es definido como “social y democrático de derecho”. La nueva Constitución extrapola la pluralidad al ámbito del Estado. El razonamiento parte de la sociedad abigarrada y termina diseñando una nueva estructura política. En esa lógica, introduce tres “innovaciones”: 1) Se adosa al Estado doce atributos (unitario, social, de derecho, plurinacional, comunitario, libre, soberano, independiente, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías); 2) se define al Estado como “plurinacional comunitario”, lo que es inteligible sólo en la nueva epistemología constitucional y representa “incentivos consociacionales que abren la organización estatal a una mayor representación indígena en los distintos órganos del poder público” (Romero); 3) la descentralización y autonomía (el Estado se define como un “Estado unitario…..descentralizado y con autonomías”). El docente confirma que Bolivia es un Estado plurinacional comparando los atributos bolivianos con los requisitos para ser un Estado plurinacional listados por Ferrán Requejo. Según este autor, un Estado plurinacional es aquel que reconoce constitucionalmente y regula los derechos colectivos de los pueblos indígenas (véase en Bolivia los artículos 30 a 32 de la CPE), aquel que incluye a los pueblos indígenas en la institucionalidad de un país (en Bolivia los pueblos indígenas tienen presencia en el parlamento, en las asambleas departamentales, en el Tribunal Constitucional Plurinacional, etc.) y aquel que facilita el autogobierno de los pueblos indígenas (en Bolivia se reconoce las autonomías indígenas, con potestad legislativa).
Respecto a la democracia, en Bolivia ésta se establece de tres maneras: directa y participativa, representativa y comunitaria. La CPE no define qué entender bajo democracia intercultural. El artículo 1 de la Ley del Régimen Electoral en cambio sí define este término: la democracia intercultural se basa en la complementariedad de la democracia directa y participativa, la democracia representativa y la democracia comunitaria. Esta ley sugiere únicamente la existencia simultánea de las tres modalidades de democracia, pero independientes. Esto es sobre todo visible en los siguientes puntos: la democracia representativa no puede existir sin organizaciones políticas, sin embargo, en comunidades más reducidas no existe espacio para la democracia en un sentido occidental, ya que ahí las prácticas políticas muchas veces se rigen por la rotación y la obligación al servicio de la comunidad. ¿Entonces, en qué queda lo “inter”, la combinación de prácticas democráticas? No parecen existir unas prácticas democráticas, diferentes de las modalidades directa, representativa y comunitaria, posibles de ser identificadas como democracia intercultural. Por tanto, se trata de un concepto en construcción.
En cuanto a las organizaciones políticas, los fundamentos de las organizaciones políticas son la vigencia y ejercicio de los derechos políticos; las bases plurales de toda sociedad, expresadas en diferencias económicas, sociales, culturales e ideológicas; y la complejidad creciente de las sociedades de masas. Las funciones de las organizaciones políticas son: facilitar la organización de grupos de personas para participar en la vida política; viabilizar la representación social y política, asumiendo la condición de mecanismos institucionales; proveer un instrumento para la conformación de los poderes públicos; representar un medio de agregación de intereses y de manifestación de estos; y facilitar un instrumento de intermediación entre el Estado y la sociedad civil. Existen tres tipos de organización política en Bolivia: los partidos políticos, las agrupaciones ciudadanas y los pueblos indígenas. Los primeros son definidos en el artículo 3 de la Ley de Partidos Políticos: asociaciones voluntarias de ciudadanos(as), constituidas como personas jurídicas de derecho público, sin fines de lucro. Se constituyen para participar en las actividades políticas de la sociedad, en la conformación de los poderes públicos, y en la formación y manifestación de la voluntad popular. La participación se realiza por medios lícitos y democráticos. Tienen duración indefinida, mientras cumplan los requisitos y las barreras. Las agrupaciones ciudadanas están definidas en el artículo 4 de la Ley de Agrupaciones Ciudadanas y Pueblos Indígenas: asociaciones voluntarias, constituidas como personas jurídicas de derecho público, sin fines de lucro. Se constituyen para participar en la actividad política del país a través de los diferentes procesos electorales y en la conformación de los poderes públicos. No se menciona la formación y manifestación de la voluntad popular; más bien esto es implícito. La participación se da por medios lícitos y democráticos. Como los partidos, también las asociaciones ciudadanas tienen una duración indefinida. Las organizaciones políticas de los pueblos indígenas están definidas en el artículo 5 de la Ley de Agrupaciones Ciudadanas y Pueblos Indígenas: organizaciones de los pueblos indígenas, cuya organización y funcionamiento responde a los usos y costumbres ancestrales. Se constituyen para participar en la formación de la voluntad popular y postular candidatos en los procesos electorales.
Otro aspecto fundamental del módulo fueron los programas políticos. El campo de actuación de las organizaciones políticas es la sociedad y el Estado. Todas se organizan para “dar solución” a los problemas sociales y políticos. Intervienen, por ello, en la vida política del país o de una región de él. Es por eso que la existencia misma de las organizaciones políticas se orienta a la captura del poder público (resolver los problemas). La intervención de las organizaciones políticas en la vida política les exige asumir una posición ideológica e influir sobre la conciencia de la población, y formular racional y sistemáticamente los problemas, sus soluciones y las posiciones asumidas. A estas formulaciones de las organizaciones políticas, sostenidas por posiciones ideológicas, se denomina programa políticos.
El programa político contiene un compendio de objetivos o fines específicos que la organización política se propone realizar al asumir el gobierno, o que exige su realización a quienes ejerzan el gobierno. El programa constituye la base de acción que unifica a los miembros de la organización política en sus aspiraciones fundamentales: heterogéneas por la diversidad de demandas, pero, homogeneizadas gracias a los planteamientos sistematizados en el programa. Las organizaciones políticas cumplen un rol activo a través de la interpretación e incorporación de las demandas e intereses de la población en las ofertas de su programa político, ofertas que se traducen en las promesas de la campaña electoral.
Los programas políticos, en tanto exposición escueta y fría de los hechos a ejecutarse, no tienen la fuerza suficiente para imponerse por sí mismos en la conciencia de las personas. Las y los ciudadanos definen su preferencia electoral a través de varios factores, uno de los cuales es el programa, el que, además, para ser efectivo requiere estar respaldado por fundamentos accesibles y verosímiles. No debe perderse de vista que en contextos de crisis y/o como consecuencia de la “sociedad de consumo” los programas políticos no se muestran como fuente directa de decisión y creencias, sino como simple pauta de orientación, en vista de que las campañas electorales se basan, cada vez más, en el “marketing político”.
Los componentes mínimos de un programa político son: 1) Diagnóstico e identificación de los ejes centrales del desarrollo del país, nación o región. 2) Identificación de los principales problemas del cuerpo social. 3) Visión de país (nación o región), que implica un posicionamiento ideológico. 4) Priorización de los problemas y necesidades. 5) Soluciones, propuestas y acciones a adoptar. 6) Identificación de los actores protagónicos en la solución de los problemas. 7) Dimensión económico-financiera de las soluciones.
Trabajo en grupo
Para que la teoría pueda ser aplicada a la práctica, el docente formó cinco grupos, cuya tarea era estudiar en primera instancia tres organizaciones políticas nacionales (Movimiento al Socialismo, Movimiento Sin Miedo y el Movimiento Demócrata Social) y otras tres departamentales (Movimiento Aymara Kollasuyo Marca Por Justicia y Dignidad, Movimiento por la Soberanía y ADEPCOCA). La pregunta fundamental a regirse fue si los documentos constitutivos se adecuan a la ley.
La segunda tarea para los grupos conformados consistió en realizar un perfil de un programa político. Tres de los grupos elaboraron un perfil para agrupaciones ciudadanas. Las agrupaciones ciudadanas representaron los intereses afro, de J´acha Suyu Pakajaqi y de la autonomía indígena de Charazani. Además se conformó un partido departamental de Cochabamba y uno nacional.
Conversatorio
Durante una de las cenas de los módulos se invita a un político o ex político para que comparta de manera informal sus experiencias de liderazgo con los participantes. Así éstos también obtienen una visión práctica del liderazgo. En esta ocasión, el 10 de agosto, se tuvo el honor de contar con la presencia del ex Ministro de Desarrollo Productivo, empresario y presidente del partido Unidad Nacional (UN), Samuel Doria Medina.
El señor Doria Medina empezó contando de sus estudios de desarrollo económico y finanzas públicas. Desde joven asumió posiciones de liderazgo: así fue dirigente universitario, trabajó en el Ministerio de Finanzas, en la Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas e incursionó en la consultoría antes de pasar a formar parte de la empresa de cemento SOBOCE. Pronto dejaría SOBOCE para dedicarse a la política como asesor económico. A sus 32 años fue posicionado como cabeza del Ministerio de Planeamiento y jefe del Consejo Nacional de Economía y Planificación (CONEPLAN). Actualmente es jefe de partido del partido de oposición UN, como también cabeza de SOBOCE, empresa en la que destaca los programas de responsabilidad social empresarial (10% de las ganancias de SOBOCE son utilizados para diferentes programas sociales).
Hace hincapié en que esta experiencia significativa con la responsabilidad social empresarial puede ser aplicada al país. SOCOBE ha fomentado la creación de un modelo ya existente en Perú, los denominados Centros de Investigación Tecnológica (CITEs), que apuntan a la formación técnica como, por ejemplo, en carpintería o confección. Desde el Estado se podrían crear 100 CITEs, en las cuales 50.000 personas serían capacitadas para ser pequeños empresarios.
Piensa que el país actualmente necesita sobre todo una modernización de las instituciones de seguridad ciudadana, salud, educación y de justicia.
Los participantes realizaron varias preguntas relacionadas a la temática impositiva, a la educación, al sistema económico, a políticas públicas para enfrentar el problema del desempleo y a los objetivos políticos para las próximas elecciones.