América Latina y el Caribe (ALC) ha sido una de las regiones más afectadas por la pandemia de COVID-19. Las restricciones y otras intervenciones para reducir el contagio y preservar la salud pública han tenido un fuerte impacto en la economía.
En 2020, el PIB regional experimentó una de las mayores caídas de la historia, con un PIB per cápita que descendió a los niveles de 2010. Esto provocó un importante aumento del desempleo, la informalidad y la pobreza.
El comercio regional de bienes también cayó en 2020, aunque menos que durante la crisis financiera de 2008-2009. El turismo y el transporte internacional se vieron más afectados que durante la crisis anterior, mientras que el comercio de servicios basados en las TIC y en la tecnología digital resistió mejor.