Sin duda, el crecimiento de la economía informal en economías en desarrollo, es el resultado de la baja capacidad del sector formal de generar fuentes de empleo digno e ingreso sostenible, en un contexto de fuerte crecimiento de la fuerza laboral y creciente migración campo ciudad. Evidentemente, la economía informal se caracteriza por un agudo déficit de trabajo decente y un porcentaje desproporcionado de trabajadores pobres. La evidencia empírica ha mostrado que los trabajadores de la economía informal se enfrentan habitualmente a riesgos más elevados de pobreza que los trabajadores de la economía formal. Como resultado de estos y otros factores, hay una coincidencia significativa, aunque no llega a ser total, entre el trabajo en la economía informal y el hecho de ser pobre y vulnerable (oit, 2018).
La Fundación Konrad Adenauer (kas) oficina Bolivia trabaja por más de medio siglo apoyando el fomento de políticas públicas en pro del bienestar de los bolivianos, la democracia y el estado de derecho. A lo largo de este periodo de trabajo uno de los problemas económicos que se ha hecho evidente en 37 años de democracia, es que desde 1982, la economía informal ha crecido en progresión geométrica. Asimismo, el mercado laboral en Bolivia se caracteriza por tener un elevado empleo informal como lo señalan Medina & Schneider (2018), posicionando al país con un 62,3 por ciento de informalidad respecto al Producto Interno Bruto (PIB).
Las políticas de ajuste estructural y los procesos de reestructuración económica, incluida la privatización de empresas estatales y servicios públicos a lo largo de la historia económica de Bolivia, han contribuido también al crecimiento de la economía informal. Según la OIT (2002), en la región de Europa Central y Sudoriental (países no miembros de la Unión Europea (UE)) y la Comunidad de Estados Independientes, el desmembramiento del sistema de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) estuvo seguido de altas tasas de desempleo y la rápida migración de las zonas rurales a las urbanas sin los correspondientes aumentos de la proporción de trabajadores en la industria. Esto se tradujo en altas tasas de empleo en el sector de los servicios, pocos cambios en las tasas de empleo vulnerable y de desempleo, como también desaliento entre los jóvenes.
En países en desarrollo, extractivistas como Bolivia las caídas en los precios de los productos básicos (minerales entre otros) que exportan determinaron el cierre de centros mineros y el aumento de un número significativo de desempleados que contribuyeron al incremento de la economía informal. En Bolivia sucedió en 1985 cuando cae el precio de su principal producto de exportación el Estaño que determino el desplome del principal producto generador de ingresos por exportación para el país. Su ciclo (de Kondratiev) duro aproximadamente 85 años. Los centros mineros se cerraron y dieron lugar a un sin número de desempleados la mayoría de ellos llegaron a poblar la ciudad de El Alto en La Paz y migraron a otros departamentos como Santa Cruz y Cochabamba. Como consecuencia de ello el sector terciario de la economía se incrementó exponencialmente en especial el comercio informal.
En contra de las primeras predicciones, la economía informal ha crecido rápidamente en casi todos los puntos del planeta y en Bolivia no ha sido una excepción en especial desde 1985 hasta nuestros días, también están incluidos a los países industrializados, y ya no puede seguir considerándose un fenómeno temporal o marginal. La mayor parte de los nuevos empleos de los últimos años, particularmente en los países en desarrollo y en transición, se han creado en la economía informal. En Bolivia el boom de las materias primas (2006-2013) y un tipo de cambio favorable a las importaciones han favorecido al fortalecimiento del sector terciario de la economía amparado por el paraguas de la informalidad.
Al 2019, Bolivia ha ingresado a un proceso de urbanización acelerado, más del 70 por ciento de la población boliviana vive en las ciudades del eje central y ese proceso de urbanización viene dándose con una fuerte presencia del sector informal urbano, en donde las actividades terciarias, como el comercio, los servicios, el transporte, y las administrativas, entre otras, configuran un rasgo característico de la informalidad del país. En Bolivia como se mencionó anteriormente, prevalece una forma de actividad económica basada en el extractivismo (minerales y gas básicamente), en la explotación de recursos naturales. Esto es algo que le está pasando factura a la economía, por el debilitamiento de la demanda agregada interna y está afectando a los procesos de fortalecimiento del desarrollo entrampando a la economía boliviana en la informalidad.
Evidencia empírica coincide en afirmar que la gobernanza frágil es una de las bases fundamentales de la economía informal. En general, el crecimiento de la economía informal puede deberse a: Políticas macroeconómicas y sociales inadecuadas, ineficaces, encubiertas o mal aplicadas, a menudo desarrolladas sin consultas tripartitas, así como a la falta de marcos jurídicos e institucionales favorables y de buena gobernanza para la aplicación correcta y eficaz de las políticas y leyes. Sin duda, la gobernanza inadecuada se traduce en poblaciones de trabajadores y empresarios que la legislación no reconoce ni protege. Los marcos jurídicos e institucionales cuya concepción y aplicación es esencial para luchar contra la informalidad son los que rigen el trabajo, la protección social, la reglamentación de las empresas y la garantía del derecho de propiedad, incluido el acceso al capital financiero (OIT; cit, 2002).
Finalmente, a nombre de la Fundación Konrad Adenauer (kas) oficina Bolivia, deseamos agradecer a los investigadores que formaron parte en esta investigación, el objetivo de la misma es que sirva para comprender un fenómeno tan complejo como lo es la informalidad y la economía informal, deseamos también que esta investigación pueda servir de insumo para la formulación de políticas públicas, agradecemos de manera especial a todos los investigadores que contribuyeron con sus ideas, análisis y reflexión, por su aporte a la investigación y por su manera peculiar de abordar esta siempre interesante temática. Esperemos que esta investigación
sea de utilidad y sirva de insumo para comprender la compleja realidad de la economía informal en Bolivia.