PRESENTACIÓN - Tomo II
No hay mejor aventura que aquella que se emprende cuando el mar está embravecido y la tormenta amenaza cada momento con provocar el naufragio. Es tan intenso vencer una y otra vez el oleaje y, al final, llegar a puerto, con el ulular de la sirena, la sonrisa ancha y los abrazos confundidos.
El año gemelo 20 20, será especialmente recordado por la Humanidad en cualquier lugar del planeta donde fue sorprendida por la emergencia sanitaria mundial, provocada por el Coronavirus, inédita.
Iván Velásquez-Castellanos, Coordinador del Programa de la Oficina Bolivia de la Fundación Konrad Adenauer (KAS) y la reconocida periodista e historiadora Lupe Cajías, organizaron un trabajo académico enfocado en la historia política boliviana con múltiples voces y diferentes miradas con el objetivo de preparar un conjunto de reflexiones con el telón de fondo del Bicentenario de Bolivia.
Aparentemente, en ese momento parecía que era un esfuerzo inútil, ¿acaso había condiciones? El país estaba inmerso en una crisis política desde finales del 2019, la crisis sanitaria se dio por efectos de la pandemia, la cual también estaba asociada a una crisis económica.
El mundo estaba silenciado; era el peor momento de la pandemia provocada por el virus conocido como COVID 19. Europa salía demolida de un invierno asolado por los miles de contagios y las muertes inesperadas en urbes, campos y hospitales. Pronto también en América Latina se ordenó la cuarentena rígida en la mayoría de los países y el cierre de escuelas, universidades, teatros, museos, bibliotecas, playas, parques volvió a las ciudades en fantasmas de cemento.
En Bolivia el 31 de marzo del 2020 se registraban los primeros diez casos y eran el inicio de una primera ola de contagios que tuvo su pico más alto el 22 de julio del 2020 con mil setecientos setenta y ocho casos positivos, para ese momento el precario sistema de salud se encontraba ya colapsado.
Una imagen de la plaza central de Potosí, con el Cerro Rico al fondo, todo nevado y sin un alma caminando al mediodía era la imagen de la soledad y la desesperanza que agobiaba a los bolivianos. Aquel sitio que es tantas veces nombrado en esta Historia ha conocido jolgorios y festines, miserias y rebeliones, pero jamás este vacío.
Los académicos estaban obligados, como una buena parte de otros profesionales, a enseñar desde sus casas y el teletrabajo se generalizó, con sus potencialidades y sus frustraciones.
Entonces, imaginar un libro de historia boliviana durante los últimos ciento noventa y cinco años era un doble desafío. ¿Cómo empezar? ¿Era posible? ¿Dónde encontrar un ancla sólida?
Comenzamos a buscar las coordenadas que permitiesen no solamente arrancar con el proyecto, sino avanzar y tener la certeza de llegar a la meta a pesar de las condiciones desfavorables y el ambiente de incertidumbre que reinaba en nuestro país.
Sin embargo, el escenario de pandemia representó una oportunidad para la investigación al inicio, debido a que aparentemente era más sencillo contactar a los investigadores a nivel nacional e internacional, los cuales se encontraban trabajando en casa, alejados de los congresos y compromisos académicos internacionales, pero también era una amenaza; no teníamos la seguridad ante el cierre de bibliotecas, hemerotecas y centros de documentación de poder cumplir con los términos y plazos.
El primer paso fue tener un objetivo claro: “Tener una visión de largo alcance para comprender mejor la construcción del Estado de Derecho, la Democracia y la Gobernanza en Bolivia del 2020 y sus perspectivas para el futuro”.
El segundo paso fue escoger una metodología apropiada: “Recuperar la memoria colectiva a través de la visión interdisciplinaria de autores especializados en los asuntos identificados como las líneas transversales de la historia boliviana desde su independencia en 1825 hasta 2020”.
La meta no fue exclusivamente una revisión histórica; sino una revisión del pasado en tanto ayude a comprender mejor el presente. Para alcanzar esa propuesta, los textos no se limitan a referir fechas, nombres, hechos, sino que procuran comprender los procesos y las principales líneas transversales en estos ciento noventa y cinco años de vida republicana: la organización del territorio; las elites, poblaciones indígenas, mestizos y la construcción de ciudadanía; los recursos naturales y su influencia desde la plata potosina, la goma, el estaño, el gas y sus impactos en diferentes momentos de la economía nacional; la tenencia de la tierra y sus particularidades en tierras altas y en tierras bajas; las constantes, rebeliones, luchas y revueltas. Todo ello dentro del marco de la región, cómo nació Bolivia ante sus pares sudamericanos, cómo estaba cien años después, en el primer centenario, qué refleja en la víspera del Bicentenario.
Desde este enfoque múltiple se construyó una colmena donde cada casilla se combina con la otra para completarse entre sí: la política, la economía, la sociedad, la cultura; los actores dentro y fuera del estado; las repercusiones de corta, mediana o larga duración.
Las crisis y la inestabilidad en varios momentos del ciclo político era un común denominador que debía explicarse con luces y sombras, para entender el entramado escenario que represento por muchos momentos el rezago en el que se desenvolvió nuestro país.
Fue muy importante elegir a los autores con base un perfil previo y no por cercanías, amistades o complicidades. Fueron invitados especialistas en cada una de las materias, que ya tuviesen publicaciones sobre ese asunto. Al mismo tiempo se procuró combinar la representación de género, de generaciones, de distintas procedencias académicas, regionales, bolivianos o extranjeros interesados en el país.
Desde el inicio se optó por priorizar la calidad y no la cantidad. No intentar contener todo y de todo, sino aquello que permitiera una visión de proceso, de conjunto. Por eso esta obra es una “Antología de la Historia Política de Bolivia” y como toda antología selecciona aquello que conjuga con la idea central. Se dejaron otros hechos, otros personajes, muchas fechas, con plena consciencia que siempre quedará la sensación de que “algo falta”.
Desde una visión pro positiva esta antología pretende dar paso a futuras investigaciones y desde una perspectiva amplia a futuros debates sobre el desarrollo político, económico y social de Bolivia. Mirar al país en retrospectiva permite visualizarlo a futuro con mejores argumentos de análisis que permitan evitar el estar condenados a repetir los mismos errores que la entramparon en el subdesarrollo.
El primero en aceptar la propuesta fue Gustavo Rodríguez Ostria (Keynes), quien lastimosamente murió poco después de entregar su texto, el cual escribió incluso en el hospital, Gustavo tuvo también el suficiente tiempo y la motivación para comentar y apoyar las investigaciones de otros autores. Este libro es un homenaje a su disciplina y a su entusiasta participación a pesar de la enfermedad que le aquejaba.
Tuvimos a dos colegas que también por las nuevas condiciones creadas por la pandemia no pudieron concluir con su deseo de participar en esta obra. Otros dos colegas fueron afectados por el COVID 19, y un tercero estuvo varias semanas internado. ¡Ninguno renunció al desafío!
Entre los autores, el mayor nació antes de la Guerra del Chaco y la menor nació el año del DS.21060. Entre esos extremos hay personas que vivieron durante décadas de dictaduras, persecuciones, exilios, golpes de estado y, desde 1982, el largo ciclo democrático. Unos comenzaron a investigar con lapicero en libretitas con papel sábana, otros ya accedieron al microfilm y los más modernos pudieron sacar copias de expedientes con sus teléfonos inteligentes que las colocaron velozmente en el ciberespacio.
Los autores trabajaron esta Antología sin tener acceso a sus bibliotecas universitarias o a archivos y aun así cumplieron con el compromiso adquirido. Una reunión virtual nos reunió a coordinadores y autores el 31 de agosto de 2019, desde diferentes ciudades en varios países: en un lugar amanecía, en otro terminaba la jornada. ¡Hermosa experiencia! Queda pendiente la cita presencial, planificada para la presentación oficial de estos dos tomos, para compartir ideas y lo más importante debatir sobre el futuro de Bolivia.
El contenido temático se dividió en siete periodos enmarcados en sendas constituciones del Estado, que al menos en teoría marcaban las avenidas centrales por donde transcurría el devenir nacional y reflejaban los momentos históricos, lo constante y lo que cambiaba. Así el cambio constitucional representó el punto de inflexión del ciclo político en el cual los autores enfocarían su trabajo.
En cada subcapítulo hay un resumen que explica el marco constitucional de cada una de esas etapas. Los autores de esta materia nos permiten seguir desde la primera constitución y sus dificultades para construir un solo estado, hasta la última aprobada en referéndum popular.
1. 1825- 1880; bajo la Constitución de 1826 que organiza y constituye a la nación boliviana
2. 1880- 1938; bajo la Constitución de 1880 que marca el periodo liberal
3. 1938- 1952; bajo el debate constitucional de 1938 que incorpora el régimen social
4. 1952- 1964; bajo los cambios de la revolución nacionalista
5. 1964- 1982; bajo la consolidación de los cambios y la CPE de 1967 y el periodo militar
6. 1982-2000; transición de la CPE 1967 a avances de mayores garantías constitucionales
7. 2000- 2020; transición de las reformas de 1994 hacia la nueva CPE de 2009 y el Estado Plurinacional de Bolivia
La otra línea de continuidad es el desarrollo económico y los auges de exportaciones y las caídas por crisis internacionales, además del impacto de las guerras internacionales que enfrentó Bolivia en el siglo XIX, en el siglo XX y las relaciones con sus vecinos. Además, el lector conocerá el impacto de la economía centralizada en el desarrollo de las regiones.
Una creciente presencia, la coca y el circuito coca cocaína se examina desde la tradición, la influencia del tráfico de drogas y la relación de ese circuito con el Estado en el último medio siglo.
También se revisan las transformaciones estatales y la institucionalidad y la constante durante los dos siglos de abusos y reclamos, de opresiones y resistencias, de derrotas y victorias y las múltiples formas y rostros de las luchas populares: indígenas aimaras, quechuas, chiriguanos, guaraníes; artesanos, apoderados, mineros, proletarios, fabriles y amas de casa.
Como una columna permanente, aunque menos visible, el rol de las mujeres resistiendo a gobiernos autoritarios y abriendo paso a la democracia. Hay textos que dialogan entre sí con base en la construcción de la participación popular y el empoderamiento de la mujer, los nuevos partidos y los movimientos sociales.
No es posible reconocer a la Bolivia actual sin recorrer las características de su población en forma de montonera, de insurrecta y de búsqueda de mayores espacios de libertad, de participación política y de poder tomar directamente las decisiones en asuntos que le afectan.
Hay apuntes para entender los esfuerzos por educar a la población, los intentos y los fracasos, las ideas y las reformas en búsqueda de mejorar la educación de los bolivianos.
Finalmente, un texto desde la prospectiva, ¿qué lecciones nos da la Historia de Bolivia? Las miradas sin duda son diferentes y enriquecedoras, por lo que los invitamos a leer este segundo tomo.