Las presentaciones estuvieron a cargo de los autores de cinco trabajos, todos ellos de la región andina del continente, es decir, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. La conferencia fue organizada en cooperación con la representación para Bolivia de la Fundación Konrad Adenauer, así como con el partner “Fundación Milenio” y con la “Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB)”.
La conferencia fue inagurada por la representante de la KAS en Bolivia y coordinadora del “Programa Regional de Participación Política de la Población Indígena en América Latina (PPI)”, Susanne Käss, así como por el Director del “Programa Regional de Políticas Sociales para América Latina (SOPLA)”, Olaf Jacob. La introducción al tema estuvo a cargo de Iván Velásquez, coordinador académico de la KAS en Bolivia.
José Luis Evia y Mario Napoleón Pacheco, representantes de la Fundación Milenio de Bolivia, estuvieron a cargo de la primera presentación de la tarde. Durante la misma, Pacheco y Evia describieron la composición del grupo social del cuál se conforma el sector informal en Bolivia. Se trata en su mayoría de jóvenes y de adultos mayores, quienes aún no han podido ingresar al mercado laboral formal o ya salieron del mismo. Asimismo, destacaron que la mayoría de informales en Bolivia son mujeres. Según Evia y Pacheco, entre los mayores impedimentos para la formalización de estos actores económicos se encuentran la legislación laboral rígida de Bolivia, la falta de incentivos, la excesiva burocracia y los altos costos de la formalización. Según datos estadísticos presentados por Evia y Pacheco, 69% de los empleados y cuentapropistas bolivianos son informales.
Carlos Ospino Hernández, docente de la Universidad del Norte, Barranquilla, Colombia, concordó con Evia y Pacheco sobre los altos ínices de informalidad laboral en la región. Según cálculos de Ospino, la informalidad laboral en Colombia alcanza el 55% del total de asaliariados, empleados y cuentapropistas. Una característica de las causas de la informalidad en Colombia está relacionada al hecho que el salario mínimo nacional se encuentra en algunas regiones de Colombia - sobre todo en las más pobres – por encima del salario promedio de la región. Por lo tanto, resulta casi imposible para pequeños y medianos empresarios formalizar a sus empleados ya que automáticamente tendría que pagar un sueldo mayor al mínimo, con lo cuál estarían imposibilitados de competir en el mercado y optan por la informalidad. Asimismo y al igual que en Bolivia, los costos de formalidad son muy altos; llegando los costos de previsión de salud y jubilación en algunos casos al 46% del salario por empleado. Como propuestas de políticas públicas, Ospino señala la reducción de costos del empleo formal, así como mejorar la accesibilidad de jóvenes al trabajo formal.
La economista del Instituto Peruano de Economía (IPE), Cinthya Pastor Vargas, hizo especial énfasis en la relación existente en el Perú entre el nivel de educación y la informalidad. Según Pastor, existe una relación directa entre nivel educativo e informalidad laboral. Los actores económicos con mayor nivel educacional son por lo general formales, mientras que la informalidad laboral suele estar relacionada con actores económicos de un bajo nivel educativo. Este hecho explica asimismo la alta tasa de informalidad en las regiones rurales del Perú, donde se encuentran la mayoría de personas con un nivel educacional menor. Un proceso de formalización en el Perú sería sólo posible, según Pastor, si se mejora la calidad educativa de la educación pública, así como a través de la optimización y ampliación de las ofertas de capacitación técnica para empleados y empleadores. Actualmente, sólo 40% de la fuerza laboral del Perú es formal.
La presentación de Sebastián Oleas, profesor del Instituto de Economía de la Universidad San Francisco de Quito, Ecuador, estuvo enmarcada por la situación política actual del Ecuador. Según Oleas, desde el 2007 pueden ser observadas constantes intervenciones del Presidente Correa en el mercado ecuatoriano. Una característica de la situación política actual del Ecuador es el fuerte incremento de contrataciones de entidades estatales. Este hecho se da paralelamente a una estagnación de la contratación de empleados por parte de empresas formales privadas. Como forma de abordar el tema de la informalidad laboral en Ecuador, que atañe al 55% de la fuerza laboral del país, Oleas plantea la creación de incentivos para la formación de un empresariado formal.
Tomás Paez estuvo a cargo de la última presentación de la jornada. Así como Oleas, Paez, profesor de economía de la Universidad Nacional de Venezuela, subrayó los problemas relacionados a la situación política y económica de Venezuela: mientras que la mayoría de países de la región vienen creciendo, la economía venezolana sigue contrayéndose. El régimen actual en Venezuela sigue recortando las libertades del mercado, bloquea la actividad empresarial a través de estatizaciones, nacionalizaciones y trabas impositivas, las cuáles alcanzan una carga impositiva de hasta el 80% del salario de un trabajador formal. Actualmente, el 43% de los empleados venezolanos son informales. Paez propone un diálogo entre los gremios empresariales y el estado como primer paso para lograr avances en el país.
Un resultado importante de la conferencia es que los participantes concordaron en reconocer la complejidad del problema y la diversidad de causas y efectos de la informalidad en los respectivos países. Los participantes tuvieron oportunidad de preguntar y comentar las presentaciones, iniciándose así un debate prolongado entre ponentes y participantes.