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Informe de Milenio solbre la Economía

El dia miécoles 16 de abril, la Fundación Konrad Adenauer en coordinación con la Fundación Milenion llevarón a cabo la presentación del Informe de Milenio sobre la Economía, Gestión 2013 No. 36. en el Salon de eventos Auditorium.

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La economía mundial en 2013 estuvo caracterizada por un bajo dinamismo con indicios de relativa recuperación marcada fundamentalmente por varios hechos

durante el segundo semestre. El más significativo fue el anuncio del posible fin

del estímulo monetario o compra masiva de activos financieros por parte de la

Reserva Federal de los Estados Unidos, mejor conocido como tapering, para

enero de 2014, lo que provocó turbulencias en las economías emergentes sin que

aún entrara en vigor.

La Unión Europea (UE) cerró el año con una relativamente inesperada reducción

de tasas de interés, determinada por el Banco Central Europeo, al mínimo histórico

del 0.25 por ciento alineándose, de este modo, con las políticas de estímulo de la

Reserva Federal estadounidense y el Banco de Inglaterra. En cuanto al crecimiento

se mantienen las velocidades distintas entre los países y se espera un repunte

de la actividad económica en la eurozona para 2014. Mientras que la economía

japonesa cerró el año creciendo a un ritmo menor del esperado.

La incertidumbre constituyó una de las características en el desempeño económico

de los mercados emergentes. Sin embargo, el contexto de mayor desconfianza

estuvo en la China debido a la magnitud de sus cifras económicas. La aversión de

sus autoridades para reportar las cifras consistentes complicó el panorama. China,

segunda economía del mundo, empezó a recortar el crédito desde mediados de año

de manera gradual, con la idea de centrarse en la reestructuración y estabilización

económica. India podría estar en el camino de la recuperación después de un par

de años difíciles con una caída dramática en el crecimiento.

El crecimiento económico de América Latina en un entorno externo de bajo

dinamismo, influido por las condiciones menos favorables en los mercados

mundiales de capital y la débil demanda en China y Europa, así como en el resto

de economías emergentes, ha generado aún mayor presión sobre las monedas

regionales. El peso argentino fue devaluado en 50 por ciento (si se incluye la

agresiva devaluación reciente); el real brasilero cerca del 18 por ciento; el peso

chileno un 14 por ciento y el de Colombia más del 12 por ciento. El peso mexicano

fue devaluado solamente en 3,7 por ciento en el último año.

En sus proyecciones ajustadas de enero de 2014, el FMI pronostica para Brasil

un crecimiento del 2.3 por ciento del PIB para 2014, sin variaciones frente al

crecimiento de 2013, aunque con una ligera recuperación del 2.8 por ciento hacia

2015. Es también importante destacar que hay países como Chile, Perú, Colombia

y México que han marcado diferencias fundamentales al apostar por la apertura

y la competencia a través de la firma del tratado de la Alianza del Pacífico, algo

que sería fundamental a medida que el avance de este tratado va consolidándose

rápidamente, para afrontar el momento de asumir tiempos distintos a los que la

región disfrutó durante la última década.

El mercado de materias primas se debilitó en 2013, por la desaceleración del

crecimiento chino y las perspectivas del tapering de la Fed sobre las mismas al ser

beneficiarias de sus programas de estímulo monetario. En este contexto, aun los

términos de intercambio permanecen favorables y muy por encima de los niveles

de 2009, cuando llegó el golpe de la Gran Recesión a la región, sin embargo

no han dejado de caer gradualmente desde 2012. El principal desafío para las

autoridades económicas de la región consiste en ajustar las políticas públicas

para preservar la estabilidad macroeconómica y financiera y establecer las bases

para un crecimiento sostenido, bajo condiciones externas menos favorables.

La economía boliviana logró resultados positivos durante el 2013, sin embargo

el panorama económico de mediano y largo plazo muestra signos de elevada

vulnerabilidad en cuanto a la sostenibilidad del crecimiento, generación de divisas,

ingresos fiscales, empleo y expectativas inflacionarias. También debe tomarse en

cuenta que se registró una leve disminución en los términos de intercambio, que

incide en el resultado de la balanza de pagos y en la acumulación de las reservas

internacionales.

El aspecto central radica en que la economía boliviana es tomadora de precios,

tiene una elevada apertura externa, sus exportaciones están concentradas en

exportaciones de recursos naturales no renovables (gas y minerales). En el sector

de hidrocarburos el contrato de venta al Brasil vence el 2019 y no se han realizado

inversiones importantes en prospección y exploración de nuevos yacimientos de

gas. En la minería tampoco se han realizado inversiones que permitan encontrar

nuevos yacimientos de minerales.

Las variables macroeconómicas registradas durante el 2013 fueron: 6,5 por ciento

de crecimiento del PIB, 6.48 por ciento de tasa de inflación, superávit fiscal de

0,1 por ciento respecto al PIB en el Sector Público No Financiero. El crecimiento

económico global fue mayor a la meta establecida debido al dinamismo del sector

de hidrocarburos. Sin embargo, no se registraron cambios en el nivel de reservas

de gas natural que al 2011 alcanzaron 11.53 TCF. La puesta en marcha de la

planta de separación de Río Grande y el incremento en el procesamiento de las

plantas de Carrasco y Vuelta Grande, elevaron la producción de GLP.

La minería no logró igualar ni superar el valor registrado la gestión precedente

por la caída en los precios y en el volumen de producción. La tendencia a la

baja en los precios de los minerales iniciada en la segunda mitad del 2011 se ha

prolongado con alguna intensidad en el 2013. Son dos años y medio de caídas

sostenidas pero limitadas de precios. No obstante, los precios al terminar el 2013

continúan altos en comparación a los años anteriores al 2003 y aún permiten un

nivel de rentabilidad aceptable. La caída de precios corresponde a un aterrizaje

suave ya que la especulación financiera, activada en los mercados mundiales

de materias primas en la última década, no ha liquidado aún de forma masiva y

desordenada los stocks acumulados en el mercado.

El sector agropecuario incrementó la superficie cultivada el 2013 en alrededor de

100.000 hectáreas. En el departamento de Santa Cruz el cultivo de sorgo creció

alrededor de 10,3 por ciento de 2012 a 2013, tanto en las campañas de verano

como de invierno. El cultivo de trigo también se aumentó en más de un tercio. Sin

embargo, en ambos cultivos el rendimiento por hectárea se redujo por factores

climatológicos.

En el rubro de cereales se registró un aumento importante en la superficie

cultivada de la quinua que, entre el 2012 y 2013, se expandió en 35,9 por ciento,

sobrepasando las 130.000 hectáreas: Por otro lado, su producción sobrepasó las

60.000 toneladas métricas.

El 2013 fue marcado por el retorno de presiones inflacionarias ya que la inflación

acumulada fue del 6,5 por ciento, mientras que las proyecciones del BCB situaban

a la misma en 4,8 por ciento. A nivel nacional los alimentos han mostrado un

incremento del 17,4 por ciento, que resulta ser el más alto desde el 2010, mientras

que el capítulo que comprende salud subió en 8,9 por ciento.

El sector externo continuó favorable para las exportaciones bolivianas obteniéndose

un resultado positivo en cuenta corriente de la balanza de pagos. El resultado global

de la balanza de pagos contribuyó al incremento de las reservas internacionales

netas. Sin embargo, se advirtió un menor dinamismo en comparación a los años

precedentes, como evidencia de que la bonanza económica habría llegado a su

punto máximo; es decir, se observa, un menor crecimiento de las exportaciones en

relación a las importaciones debido a los menores precios externos. Por otra parte,

se destaca un importante aumento en la inversión extranjera directa y también en

el endeudamiento externo. Todos estos factores han generado una acumulación

importante de reservas internacionales por parte del Banco Central, pero también

han acentuado la apreciación del tipo de cambio real.

El resultado global de las finanzas públicas registró un superávit fiscal de 0.1

por ciento respecto al PIB que se debe exclusivamente a la expansión del sector

de hidrocarburos, que registró niveles de producción nunca antes observados.

Otro hecho que llama la atención es que durante los dos años precedentes,

fueron las empresas públicas las superavitarias, mientras que el gobierno general

mostraba déficits. Esta situación ha cambiado el último año; son ahora las cuentas

del gobierno general las que registran superávit, mientras las empresas públicas

muestran un déficit.

El Banco Central de Bolivia continuó con la política de contracción monetaria con

la finalidad de esterilización del exceso de liquidez por el aumento de las reservas

internacionales netas y la expansión del gasto público y conseguir atenuar las

presiones inflacionarias.

El aspecto más destacable de la política monetaria el 2013 fue la expansion de las operaciones de mercado abierto (OMAs), con el objetivo de controlar el

crecimiento de la oferta monetaria, y enfrentar así las presiones inflacionarias.

Adicionalmente se utilizó el incremento del encaje legal para reducir el crecimiento

de los agregados monetarios. Si bien esto contribuyó a reducir el crecimiento de la

cantidad de dinero en la economía, hizo que las tasas de interés de los títulos de

regulación monetaria se incrementaran, lo que impulsó al incremento de las tasas

de interés en la economía.

Hay que recordar también que el pasado año el Banco Central transfirió US$

600 millones a título gratuito al FINPRO. Esta transferencia redujo las RIN y

seguramente la contra-cuenta fue registrada como una pérdida del Banco Central.

Estas pérdidas han incrementado la base monetaria, pues han generado que la

cantidad de dinero en la economía se incremente.

Aún cuando al salir del Banco Central un monto de dinero muy importante mediante

la transferencia a título gratuito y el crédito al FINPRO que han incrementado la

base monetaria, no se generado aún presión sobre los precios debido a que no

se han gastado. No obstante, en la medida en que estos recursos se ejecuten,

generarán presiones inflacionarias.

El sistema financiero mantuvo una mayor tasa de crecimiento en la captación de

depósitos respecto a la tasa de crecimiento en la colocación de cartera y continuó

con la obtención de utilidades pero menor a la registrada a la gestión 2012.

Si bien desde el 2007 la cartera productiva creció constantemente los últimos dos

años se desaceleró. En 2011 su crecimiento fue de 28,5 por ciento mientras en

2012 y 2013 fue 18,7 por ciento y 14,7 por ciento respectivamente.

El 10 de octubre de 2013 la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI)

emitió la resolución Nº 671 mediante la cual modificó algunas características del

crédito de consumo. Lo más destacado es que se redujo el plazo a un máximo

de 5 años (60 meses), se requiere de una garantía solidaria de dos personas

naturales y se redujo el porcentaje de disponibilidad del sueldo para el servicio de

la deuda de 25 a 15 por ciento.

Claramente el objetivo de la ASFI con esta resolución es restringir el crédito al

consumo que fue uno de los de mayor expansión en los últimos años, si bien

pareciera que la medida buscaba en parte reducir las presiones inflacionarias

desencadenadas la segunda mitad del 2013 , también va en línea con los objetivos

del Estado direccionando el crédito hacia el crédito productivo y de vivienda de

interés social, reduciendo, o al menos, controlado a otros sectores.

Considerando todo el sistema financiero tenemos que la estructura de la cartera

por moneda mantuvo su tendencia llegando a ser a diciembre de 2013 el 85,8 por

ciento en moneda nacional y solamente el 14,2 por ciento en moneda extranjera.

Durante el 2013 se generaron expectativas inflacionarias en los agentes

económicos y las autoridades continuaron con su política de redistribución del

ingreso del sector empresarial (público y privado) a los trabajadores, mediante la

otorgación de un segundo aguinaldo, medida que afectó negativamente a gran

parte del sector privado, debido a que el crecimiento es diferente en cada sector,

subsector y rama y, más aún, las tasas de rentabilidad son totalmente disimiles en

cada uno de los ámbitos de la economía.

En conclusión, el desenvolvimiento de la economía boliviana durante el 2013 logró

resultados positivos, sin embargo la vulnerabilidad de la economía se acrecentó

debido a que no se pudo superar la dependencia de la explotación de los recursos

naturales no renovables, cuyos precios fluctuantes se fijan en el mercado mundial

y que tienden a la baja, comprometiéndose el crecimiento y el bienestar de la

población si estos precios continúan bajando.

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