La COP30 en Belém, la primera a realizarse en la Amazonía, llegará con las expectativas altas (luego de unas ediciones realizadas en países por decir lo menos “cuestionables” por su base petrolera) para poner en la mesa y golpear con fuerza en las mesas de las negociaciones la movilización de recursos para lograr los acuerdos de París y mantenerse lo más alejado de los 2°C, dado que todo indica, la barrera del 1.5 ° C ha sido superada. Brasil debe liderar a la región para que la presencia en Belém a nivel político, económico y social sea sólido, serio, amparados en la ciencia y en bloque como región. Será el momento, no lo debemos dejar pasar.
Latinoamérica tiene todo para ser protagonista de su propia historia
Desde Tijuana hasta la Patagonia se comparte una sola lengua materna (el español) y una lengua hermana que no es mayor dificultad para la comunicación (portugués). Se comparten historias en común y pasados milenarios, ecosistemas transfronterizos y culturas con similitudes. Posee personas con capacidad, con calidad y con buenas intenciones. Latinoamérica debe echarse a andar en el camino del bienestar de las sociedades y de la naturaleza. Para eso es necesario establecer nuevos relatos de presentes diferentes y futuros posibles que deben multiplicarse. Hay narrativas que deben, por insistencia y diseminación, ingresar en nuestra manera de percibir el mundo. Uno más verde, más equilibrado.
Latinoamérica es mucho más que sus problemas, su herencia colonial, sus desigualdades, su violencia y su corrupción a varios niveles. Latinoamérica está en el momento y en la capacidad de dejar de ser una promesa, una fuente de riquezas extractivas o de postales exóticas y comenzar a golpear la mesa de la geopolítica mundial para se oiga la voz del norte, del centro y del sur, de las costas y las montañas, de la selva y los manglares, de las ciudades y del campo, de las comunidades y los barrios; que claman por un mundo mejor, donde los ecosistemas sean conservados y sus recursos sean bien usados, donde la energía venga del sol, del aire, del interior de la tierra y de los gases orgánicos, donde la economía circule y sirva para el bienestar y no para la codicia, donde la diversidad persista, se multiplique y sostenga la vida en esa delgada capa que rodea el planeta: la biosfera, el único lugar que podemos llamar hogar.
Este es el último informe de un evento en EKLA KAS, a todos y todas quienes nos acompañaron estos casi 10 años en el ideal de una Latinoamérica sostenible: ¡muchas gracias! Hicimos algo de camino en nuestro andar y esperamos que se sigamos transitando por esas rutas y se amplíen muchas más.