La sesión comenzó con palabras de bienvenida de Andrea Valdelamar, Coordinadora de Proyectos de la Fundación Konrad Adenauer (KAS), resaltando el amplio perfil académico y profesional de Barrios, quien también fue practicante y posteriormente becaria de las KAS.
Posteriormente, Stefan Reith, representante de la KAS en Colombia, introdujo la labor de la Fundación en el fortalecimiento de la democracia, destacando la importancia del trabajo de investigación de Barrios en el contexto colombiano.
Luego, Laura Barrios, expuso los puntos más relevantes de su trabajo de investigación, el cual se centró en el proceso de Desarme, Desmovilización y Reintegración (DDR) después de la firma del Acuerdo de Paz de 2016 en Colombia. Se destacó la complejidad de este proceso, que plantea desafíos tanto para los excombatientes como para las comunidades receptoras en términos de reconstrucción del tejido social. Barrios subrayó la necesidad de estudiar el DDR desde una perspectiva de género, dado que este enfoque había sido subestimado previamente.
El diseño de la investigación incluyó encuestas en diferentes municipios y entrevistas a profundidad con excombatientes de las FARC-EP. Se realizó una revisión exhaustiva de la literatura, destacando la discrepancia entre la visión esencialista de las mujeres como constructoras de paz y la realidad contextual de género en las zonas afectadas por el conflicto.
Se plantearon hipótesis relacionadas con el apoyo de las mujeres al proceso de paz y reintegración, considerando factores de interseccionalidad, como el nivel educativo. Los resultados sorprendieron al revelar que la mayoría de las mujeres encuestadas no apoyaban el proceso de paz ni la reincorporación de excombatientes, en comparación con los hombres. Estos hallazgos sugieren la necesidad de replantear estrategias de DDR y de abordar las complejidades de género en el contexto colombiano.
La presentación de la tesis subrayó la importancia de continuar promoviendo el contacto positivo entre excombatientes y comunidades locales como parte integral de los esfuerzos de reconstrucción del tejido social en Colombia. Se recomienda la implementación de políticas y programas que aborden las necesidades específicas de género y promuevan la inclusión y participación equitativa en los procesos de paz y reconciliación.
Al concluir la exposición, se dio paso a una mesa de diálogo con las distintas invitadas. La primera en intervenir fue la profesora Laura Betancourt, de la Universidad de los Andes, quien destacó la importancia de considerar en los estudios de paz y género que muchas mujeres aún no se sienten seguras, incluso después de que se den procesos de reconciliación y reintegración, debido a la persistencia del machismo estructural. En este sentido, planteó la pregunta de si este factor se había tenido en cuenta durante las entrevistas.
Laura Barrios explicó que la encuesta incluyó dos preguntas específicas para indagar sobre la percepción de las personas en los territorios más afectados por el conflicto. La primera evaluaba si las personas creían que el Estado había actuado lo suficiente para ayudar a las comunidades tras el proceso de paz. La segunda indagaba sobre las medidas que el Estado debería tomar para respaldar a estas comunidades. Los resultados revelaron una falta de apoyo estatal adecuado, especialmente en temas estructurales como el empleo en zonas rurales. Esto sugiere que las comunidades no perciben el Acuerdo de Paz como una oportunidad para abordar las causas profundas del conflicto, sino más bien como un simple proceso de DDR.
Luego, Liz Salazar, estudiante de doctorado en la Universidad de los Andes, destacó la importancia de ejercer cautela al descartar la primera hipótesis, la cual señala que las mujeres son constructoras de paz, a pesar de los resultados de las encuestas, puesto que, las mujeres han desempeñado un papel esencial en la construcción de la paz en Colombia, y esto puede variar significativamente según el contexto en el que se evalúe. Salazar señaló que las mujeres han liderado procesos comunitarios de gran relevancia en diversos territorios del país.
Olga Lucía Gómez, miembro de la Red Amassuru y psicóloga social con una vasta experiencia en el trabajo con víctimas, subrayó que, al evaluar el rol de las mujeres como constructoras de paz, también se debe considerar cómo las mujeres afectadas por el conflicto han desarrollado mecanismos de supervivencia fundamentales para sostener a sus familias. Además, resaltó su notable capacidad de resiliencia. Gómez también señaló que el factor de 'victimización' es crucial en estas investigaciones, dado que varía considerablemente entre hombres y mujeres.
Irina Cuesta, de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), resaltó la importancia de investigar si las mujeres entrevistadas forman parte de procesos colectivos de construcción de paz, ya que esta podría ser una variable significativa. Además, señaló el sesgo presente en la mayoría de las organizaciones internacionales respecto al papel de las mujeres en la construcción de la paz, asumiendo que estas deben sentir afinidad por la paz y los procesos de reconciliación. Este factor, según Cuesta, es crucial al evaluar estas investigaciones.
Lara Loaiza de Insight Crime pregunto si los datos a nivel local, que diferencias muestran los datos entre el año 2022 que se realizaron las encuestas y la percepción de seguridad actual, teniendo en cuenta lo que se esperaba con la firma del Acuerdo y lo que está aconteciendo realmente. Al respecto Laura Barrios respondió que dependiendo del municipio y si la situación de seguridad se ha recrudecido, las mujeres respondieron ser más escépticas al proceso de paz.
Tatiana Niño, Coordinadora de proyectos de la KAS agregó que sería importante realizar un análisis más amplio sobre cómo las mujeres han contribuido a la construcción de la paz, considerando su participación en enfoques de memoria histórica, en diferentes procesos de reparación y en proyectos productivos. Destacó que las mujeres han desempeñado diversos roles en el conflicto armado, lo que justifica la necesidad de una evaluación más completa de su papel en la paz; así como evaluar las diferencias que se presentan en las Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR), ya que los contextos donde se encuentran influyen en sus dinámicas.
Por otro lado, en la mesa también se destacó la importancia de tener en cuenta matices como el peligro de la romanización de la "resiliencia" del pueblo colombiano, ya que esto ha contribuido a la normalización de múltiples formas de violencia. Asimismo, se señaló que no se puede concluir que las mujeres no apoyan la paz, ya que esta tiene múltiples aristas e interpretaciones personales. Por ejemplo, la paz puede entenderse como "estar en paz consigo mismo" o "tener un trabajo estable", y no debe limitarse simplemente a un proceso de paz.
Finalmente, Laura Barrios subrayó que uno de los puntos más relevantes de la investigación fue el apoyo de los hombres a la reincorporación de excombatientes. En cuanto a los grupos focales, destacó la importancia de enfocarse en las mujeres, pero también sugirió la creación de un grupo para hombres. Además, señaló que la normalización de la violencia se evidenció en la investigación, ya que hay comunidades que no se consideran víctimas del conflicto armado; sin embargo, al estudiar el contexto, se demostró que habían sido víctimas indirectas. Asimismo, la investigación reveló que la población joven es más escéptica frente al Acuerdo de Paz.
En conclusión, la investigación de Laura Camila Barrios sobre género y paz en Colombia destacó la complejidad del proceso de DDR post-Acuerdo de Paz de 2016, subrayando la necesidad de una perspectiva de género. Los hallazgos sorprendieron al mostrar que muchas mujeres no apoyan el proceso de paz ni la reincorporación de excombatientes, en contraste con los hombres. Esto sugiere la urgencia de replantear las estrategias de DDR para abordar las realidades específicas de género, promover la inclusión equitativa y considerar factores como la seguridad y el apoyo estatal en las comunidades afectadas por el conflicto.