Alfonso Ramos
Activista, investigador y profesor de la Universidad de Panamá. Master en Población, Sociedad y Desarrollo y especialización en Gobierno Local.
Alixenia López
Coordinadora de Proyectos de la Fundación Konrad-Adenauer ADELA Panamá.
Evento
Alfonso Ramos hablará sobre el impacto socioeconómico y cultural de la pandemia de Corona. También analizará cómo la desigualdad en Panamá antes de la pandemia afecta las políticas post-pandémicas y discutirá posibles alternativas.
América Latina y la pandemia
Han pasado más de dos meses desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el virus Covid-19 como pandemia. En Panamá, el primer caso ocurrió el 9 de marzo de este año, por lo que el gobierno emitió una orden de cuarentena el 25 de marzo. El aislamiento y el "distanciamiento social" se utilizaron posteriormente como medidas para contener la pandemia. Después de todo, el desafío central en la lucha contra el virus radica sobre todo en la facilidad con que se propaga.
Sin embargo, debido al aislamiento, la economía también ha llegado a un punto muerto virtual. Por lo tanto, fue una reacción en cadena en la que la crisis sanitaria también condujo a una crisis humanitaria y económica. Esta opinión también se ve respaldada por las actuales previsiones económicas. Entre 1997 y 2006, por ejemplo, el crecimiento de la economía mundial fue en promedio del 3,4% anual. Entre 2011 y 2018 fue del 2,8 por ciento y en 2019 del 2,5 por ciento. En cambio, se prevé que la economía mundial crezca un 1,0% en 2020, aunque hay que tener en cuenta que muchas regiones estarán, no obstante, en recesión. América Latina es una de las regiones especialmente afectadas. En abril de 2020, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) publicó un informe titulado "América Latina y el Caribe frente a la pandemia de Covid-19". Los autores predicen que el crecimiento en América Latina será significativamente inferior al 1,3 por ciento previsto originalmente. Debido a la pandemia y los efectos resultantes, es probable que se produzca una recesión de al menos el 1,8 por ciento.
Varios factores son decisivos para ello. Por un lado, la oferta en América Latina se está diezmando, ya que la pandemia ha provocado una interrupción de las cadenas de producción. Por otra parte, la demanda también ha caído abruptamente, ya que una gran parte de la población activa ha perdido su trabajo de forma temporal o permanente.
Esto también se debe a que la economía latinoamericana depende principalmente de las exportaciones de materias primas y del sector de los servicios, especialmente el turismo. Sin embargo, son precisamente estos sectores los que se han visto especialmente afectados por la pandemia, ya que los precios de los productos básicos han disminuido considerablemente y el comercio y el turismo se han paralizado. Por último, América Latina también se ve afectada por la retirada de China, inducida por la coronación, que es uno de los socios económicos más importantes de la región. En conjunto, estos factores están teniendo graves consecuencias económicas para los países de la región.
Impacto del Covid-19 a la desigualdad en Panamá
Incluso antes de la pandemia, Panamá era uno de los diez países más desiguales del mundo. Debido a la pandemia, este tema está ahora más presente que nunca.
La gravedad de la situación queda subrayada por las siguientes cifras:
El 22% de la población de Panamá vive en la pobreza. Desglosada por regiones, la pobreza prevalece en el área metropolitana del país (20 por ciento), en el interior del país (hasta el 60 por ciento), y en las zonas indígenas ("comarcas") casi el 90 por ciento de la población se considera pobre.
En principio, la desigualdad económica surge cuando las estructuras económicas y políticas de una sociedad permiten a una pequeña minoría tomar posesión de la gran mayoría de los bienes. A partir de esa desigualdad económica, suelen surgir otras formas de desigualdad, como la desigualdad política, la desigualdad de género, la desigualdad educativa o la desigualdad tecnológica. Sin embargo, el origen de la desigualdad en Panamá también se debe a la situación especial del país. Desde el dominio colonial de los españoles hasta la dependencia de los Estados Unidos y aún hoy, como país independiente, la situación territorial de Panamá crea asimetrías. El desarrollo siempre se ha centrado en la región que va de la Ciudad de Panamá a Colón, que es importante para el comercio, y ha llevado a una orientación unilateral del país. Mientras tanto, esta zona de tránsito no sólo acoge el Canal de Panamá como la zona comercial más importante, sino también el sector financiero, gran parte del sector de servicios, así como el tráfico aéreo internacional y genera más del 70 por ciento del producto interno bruto (PIB). La economía de Panamá está casi totalmente centrada en el sector de los servicios, mientras que la agricultura y la industria han sido descuidadas.
Esto ha acelerado aún más la desigualdad económica. Actualmente, el 40 por ciento de los empleados panameños ganan menos de 600 dólares al mes. Además, más de 600.000 trabajadores se dedican al trabajo no declarado, aunque casi 100.000 de ellos trabajan en una empresa registrada oficialmente. Para los empleados, esto significa que apenas tienen derechos en virtud del derecho laboral y dependen en gran medida de sus empleadores. Esta situación también se ha deteriorado aún más debido a la pandemia. Una de las razones de ello es que la industria y la agricultura del país no pueden compensar la disminución del comercio. Por lo tanto, en el transcurso de la pandemia, se han rescindido los contratos de trabajo de más de 200.000 empleados. Muchas de estas personas no podrán volver a sus puestos de trabajo y los que puedan volver a trabajar tendrán que esperar peores condiciones en el futuro.