Entrevista a Alicia Bárcena
Secretaria Ejecutiva de la CEPAL
El 20 de mayo de 2020 la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) Alicia Bárcena, participó en una conferencia digital de la Konrad-Adenauer-Stiftung, Programa Regional ADELA, en Panamá sobre la pandemia del COVID-19 y los efectos económicos y sociales en América Latina y el Caribe (LAC). La CEPAL ha elaborado una serie de estudios sobre los impactos socioeconómicos de la pandemia en la región, así como recomendaciones para enfrentar la situación que puede adaptar a cada realidad de cada país. Esta institución ha establecido el “Observatorio COVID-19” en el cual se han realizado una serie de análisis de las medidas que han tomado los países de la región en materia económica, social, en salud y en género.
Efectos económicos y sociales del Covid-19: una encrucijada para la región
En el informe de la CEPAL "América Latina y el Caribe ante la pandemia del COVID-19: Efectos económicos y sociales", la organización ha estimado una contracción de menos 5.3% del BIP, el cual es una caída como no se había visto desde 1914 y 1930. Esta recesión económica se puede proyectar en todo el mundo, se estima que el PIB total puede caer al menos en un 3%. Las razones para esta enorme caída son varias, como por ejemplo una disminución de los socios comerciales de la región, al igual que una caída de los precios de los productos primarios, los cuales son el mayor mercado productivo de varios países sudamericanos. Lo anterior, puede beneficiar a los importadores netos de petróleo y alimentos como es el caso de Centroamérica o El Caribe, pero solo hasta un cierto punto, ya que también se contrae la demanda de los diversos socios comerciales en frentes, no solo en materia de productos primarios.
A su vez, a estos elementos que llegan a influenciar esta contracción en el PIB, se le puede sumar la interrupción de las cadenas globales de valor que movilizan la economía de la región. Antes de la pandemia, estos procesos estaban muy vinculados, desarrollados y globalizados; todo se podía transportar por partes y piezas desde cualquier parte del mundo y el comercio se había fragmentado muchísimo. Con COVID-19 se han interrumpido estas cadenas globales de valor, afectando mucho a la región, sobre todo los países manufactureros como México o Brasil, con su industria automotriz.
Otro gran tema que afecta la economía regional, han sido las decisiones de todos los países en auto gestionar una ralentización de la economía doméstica, ya que estamos viviendo una pandemia de salud, no una crisis de bancos y parte de las medidas recomendadas para salvaguardar la salud de las personas, es el cierre temporal de espacios económicos como restaurantes, centros comerciales, empresas, entre otros; para favorecer el denominado “distanciamiento social”. Esto ha provocado la caída de la movilidad y una menor demanda de turismo, de los vuelos y de las remesas entre todas las actividades económicas afectadas. La CEPAL ha estimado una caída de insumos económicos del 20 % por parte de las personas que realizan viajes en la región y hay algunos países que dependen fuertemente de estos ingresos, especialmente el sector turístico.
Por último, otro elemento que ha llevado a una caída del crecimiento de menos 5.3%, es el empeoramiento de las condiciones financieras mundiales, porque ha habido una salida de capitales en la región y todo tiene un gran impacto en la pobreza. La organización estima que la pobreza puede incrementar 4.4%, que refiere a 215 millones de personas. A su vez, la caída del comercio regional de posiblemente un 15 % también lleva a un aumento de desempleo de 3.4%, lo que equivale alrededor de 37 millones de desempleados. Por lo tanto, tendremos un aumento en la desigualdad.
Esta pandemia ha demostrado la gran fragilidad de las economías y la dependencia que tenemos de manufacturas externas en la región, por lo cual podríamos observar el desarrollo de una nueva geografía económica en el mundo. Lo anterior, con el objetivo de tener una menor dependencia de manufacturas importadas y la gran fragmentación de las cadenas globales de valor. La misma cooperación regional puede ser una herramienta para lograr sobrellevar esta crisis, permitiendo reestructurar la interacción y el desarrollo de los países latinoamericanos dentro de estas cadenas y promover el mercado a lo interno de esta región como pieza clave para buscar la recuperación económica y el desarrollo de nuevas industrias.
América Latina y el Caribe debería integrarse mucho mejor. Solo 16 % de las exportaciones totales de bienes de la región se destinan al mercado regional y eso es una de las cuotas más bajas del mundo. La región podría tener una mejor integración a partir de la facilitación del comercio y el avanzar en la actualización y sincronización de las regulaciones comerciales que existen entre los países. La baja coordinación y cooperación que ha habido en el abastecimiento de insumos y equipos médicos es muy grave. La producción por ejemplo de medicamentos e insumo médicos es muy concentrado en los países industrializados y en América Latina y el Caribe solo se produce 4 % de este tipo de insumos médicos o medicamentos. Es necesario intercambiar más información, medicamentos, equipos, expertos y buenas prácticas entre los diferentes países. También tiene muy poca infraestructura, por ejemplo, de transporte que podría desarrollarse, ya que actualmente se pueden presentar algunas limitaciones ante el intercambio de bienes. Es necesario de buscar áreas productivas complementarias y la alianza con Europa puede ser un aliado importante para repensar un nuevo “green deal” que beneficie a todos los actores. La CEPAL está trabajando en estos espacios, para fomentar un futuro más sostenible e igualitario con una nueva propuesta e inclusión industrial.
Hay una gran diversidad de países en la región también países altamente endeudados que no tienen la capacidad y el espacio fiscal necesario para poder actuar frente a esta crisis del COVID-19. La mayoría de los países han optado por redireccionar sus presupuestos nacionales para sobrellevar el impacto que esta pandemia ha generado, también algunos países han dirigido sus propuestas al fortalecimiento de las empresas pequeñas y medianas, pero es insuficiente, ya que no tienen la misma flexibilidad fiscal como por ejemplo Europa. Por eso los países tienen que acudir al financiamiento externo. Algunos estados como Colombia, Chile, Perú o México tienen la capacidad para endeudarse o para ir los mercados con unas tasas de interés razonables. Hay otros países que no pueden hacer eso, por ejemplo, en Centroamérica. Ahí la CEPAL está proponiendo en gran medida posponer el pago de la deuda. En promedio, los países de la región asignan solo 2,2% del PIB al gasto en salud, muy lejos del 6% recomendado por la OMS, en contraste con el 2,6% que gastan en pagar los intereses de la deuda.
En América Latina y el Caribe ha llegado la hora de avanzar hacia estados de bienestar más igualitarios y esta podría ser primera piedra para un ingreso básico universal. Con el objetivo de solventar estas dificultades económicas por venir, CEPAL propone un ingreso básico de emergencia por seis meses para la atención de las necesidades socio-económicas de las personas en la región. Lo anterior, sería un ingreso básico de emergencia que equivale a 140 dólares a las personas al mes. No costaría más de 2.1. % del BIP de los países. La CEPAL ha hecho un análisis país por país y aboga para que haya este ingreso básico de emergencia para apoyar a las poblaciones más pobres.
En los últimos meses se ha dado una discusión sobre la dependencia de países de importaciones en sectores centrales. Con la pandemia, la globalización puede disminuir, pero la cooperación regional podría aumentar. Esta pandemia mostró la gran fragilidad por la gran dependencia que hemos tenido de manufacturas externas en la región. En el futuro va a haber un cambio profundo con una nueva geografía economía en el mundo entero porque muchas empresas en muchos países quieren depender menos de manufacturas importadas y de la gran fragmentación de las cadenas de valor. Vamos a volver a atraer a la proximidad territorial la producción y las diferentes etapas de las cadenas de valor. Los mercados regionales se vuelven muy propicios en esta oportunidad. Va a estar un escenario de mayor regionalización en grandes bloques y la reintegración regional va a estar una pieza clave en la recuperación.
La integración regional está llamada a desempeñar un rol clave en la crisis de COVID-19. A nivel internacional, es posible que la mejor solución sea una nueva globalización con una gobernanza proclive a la inclusión y la sostenibilidad. Nuestra región en particular tiene que mostrar cómo va a desarrollar en nuevas industrias y nuevos sectores. Actualmente estamos experimentando una transformación de la industria, donde el fabricante de automóviles produce respiradores y el productor de alcohol produce gel desinfectante, los restaurantes que han reconvertido en “delivery” y esa capacidad adaptativa es muy importante.
Actualmente hay una gran demanda de ideas innovadoras, como la producción de máscaras con impresoras 3D o el desarrollo de nuevos ventiladores. Esta es una oportunidad de crecimiento e intercambio de conocimientos a nivel del mercado regional en América Latina. La CEPAL organizó una reunión con los ministros de ciencia y tecnología de la región y ha preparado una plataforma de intercambio ministerial sobre ciencia y tecnología. Ahí determinaron cómo pueden colaborar y avanzar en innovación, en eco-innovación o en fórmulas sostenibles en tecnologías emergentes como la robotización y la automatización. Para lograr en eso la región tiene que avanzar en el tema de la conectividad y avanzar la banda ancha y conectividad. No todos los países en América Latina y el Caribe tienen el acceso a fibras ópticas de mayor capacidad para hacer telemedicina o fabricación 3D con impresoras 3D.
Es importante destacar que la relación con la EU es fundamental para América Latina y el Caribe. Las inversiones europeas en América Latina y el Caribe son cruciales, porque han dejado industrias de planta en sectores como la industria automotriz, la energía, el agua y manufacturas. Estos tratados son de libre comercio e inversiones. La región debería de preguntarse: ¿Cuáles son los bienes y servicios que podemos intercambiar con mayor prontitud de oportunidad y como genera cadenas de valor? El Mercosur está avanzando muy bien, pero con el impacto de la pandemia se ha quedado un poco de detenido. Es importante para la región que Europa brinde una mayor apertura a sus mercados a productos elaborados. Las negociaciones con Europa deben continuar, por razones laborales, ambientales, pero también porque hay estrategias industriales que son muy valiosas para LAC.
En relación con el Covid-19 y la Agenda 2030, la CEPAL es promotor principal del acuerdo de Escazú, ya que es fundamental el acceso a la información a la justicia y a la participación ciudadana en materia ambiental. Es el único tratado internacional que defiende a los activistas en sus derechos humanos y que tiene en forma muy participativa en todas las negociaciones. En ese momento la CEPAL está preocupada que en algunos países están flexibilizando las normas ambientales para poder reactivar la economía o incidir en el extractivismo después de la pandemia. La siguiente crisis va a ser la crisis de cambio climático. Es una emergencia más silenciosa, pero va a ser mucho más determinante si no logramos realmente una cooperación más clara en el mundo. El medio ambiente nos ha mostrado que la destrucción de los ecosistemas no es la salida y es posiblemente el origen de los problemas que tenemos hoy. El origen de la pandemia de COVID-19 es una zoonosis, que es un virus infeccioso se ha propagado de los animales a los humanos, por lo cual tenemos que repensar qué tipo de mundo queremos y trabajar para conseguirlo.
A su vez, en el área de propuestas para la reactivación económica de la región, América Latina y el Caribe se enfrentan a grandes desafíos para reactivar su economía. Aquí se necesita la cooperación regional. La participación de empresas pequeñas y medianas y manufacturas es muy importante porque son los sectores que generan lugares de trabajo. Eso puede ayudar abordar el gran tema del desempleo y de la pobreza. La CEPAL ha hecho el matriz insumo producto para todos los países de la región, para ver dónde están las complementariedades y para reposicionar la región en la integración industrial. En el futuro debe haber una mayor integración de las redes de producción.
En lo que respecta al transporte público, es necesario considerar cómo lograr la sostenibilidad de la movilidad pública en la era de la pandemia. Se desarrollarán nuevos protocolos para el transporte y una opción interesante es el transporte marítimo. De esta manera, las mercancías no tienen que ser transportadas por carretera y las fronteras nacionales cerradas plantean menos problemas. La CEPAL ha analizado el transporte marítimo y ha publicada un observatorio donde hay un mapeo de la infraestructura de América Latina y el Caribe. El mercado digital también juega un papel importante aquí. En Centroamérica se debe asociar el mercado electrónico al mercado digital único, porque el teletrabajo y la teleeducación serán más importantes en el futuro.
Konrad-Adenauer-Stiftung e.V.
Por:
Marcee Gómez,
Coordinadora de Proyectos. Programa Regional ADELA
Hannah Friedericks,
Practicante, Programa Regional ADELA