"Creemos firmemente en la libertad y la democracia. Y al hacerlo, representamos a la mayoría de los pueblos de América Latina". Con este compromiso, la Presidenta de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA), Mariana Gómez del Campo, inauguró en Ciudad de México el Foro América Libre, una nueva plataforma del centro político en el corazón de América Latina. La oradora invitada Olena Kondratiuk, Vicepresidenta del Parlamento de Ucrania, recibió una gran ovación por su llamamiento urgente a la solidaridad internacional con su país frente a la guerra de agresión rusa. El líder del partido mexicano PAN, Marko Cortés, criticó al presidente mexicano de izquierdas Andrés Manuel López Obrador por sus "tibias" declaraciones sobre el ataque de Hamás a Israel y la guerra de agresión rusa, mientras que la líder de la oposición mexicana Xóchitl Gálvez prometió un "giro de 180 grados en la política exterior" si era elegida próxima presidenta de México en junio de 2024.
En nombre de la Fundación Konrad Adenauer, el Dr. Gerhard Wahlers subrayó que la KAS estaba "claramente del lado de Ucrania e Israel". Al mismo tiempo, subrayó que la participación conjunta en el "Foro América Libre" de varias organizaciones internacionales de partidos como la ODCA, la IDC, la IDU, la UPLA (Unión de Partidos Latinoamericanos) y el Grupo del PPE en el Parlamento Europeo era una "importante señal de unidad política". Además de cuatro ex presidentes latinoamericanos y parlamentarios y políticos de todos los partidos socios de la KAS en el continente, también viajaron a México los eurodiputados Gabriel Mato, Antonio López-Istúriz y José Manuel Fernandes (todos del PPE). Peter Beyer, diputado del Bundestag alemán, participó en el Foro como representante del grupo parlamentario CDU/CSU. El Foro América Libre concluyó de forma emotiva con la entrega del Premio ODCA de Derechos Humanos a Rolando Álvarez, obispo católico de Matagalpa/Nicaragua y preso político de la dictadura izquierdista de Daniel Ortega. Como el obispo se encuentra actualmente en prisión en condiciones inhumanas, el laudador Miguel Ángel Rodríguez, ex presidente de Costa Rica, entregó simbólicamente el premio a una silla vacía. Prometió hacer campaña para que se concediera el Premio Nobel de la Paz al obispo Álvarez.
