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El día 18 de septiembre, a las 19:00 horas, se llevó a cabo el Quinto Conversatorio en el marco del Séptimo Módulo del Primer Nivel. Se tuvo el honor te contar con la presencia del ex presidente de Bolivia, el Dr. Eduardo Rodríguez Veltzé. El Dr. Rodríguez fue presidente del país, así como también Presidente de la Corte Suprema de Justicia. En junio de 2005, cuando movimientos masivos de ciudadanos bolivianos bloquearon el país, el presidente Carlos Mesa y los Presidentes de la Cámaras de Senadores y de Diputados se vieron obligados a renunciar. El Congreso Nacional eligió al Presidente de la Corte Suprema de Justicia, al Dr. Rodríguez Veltzé, como Presidente de la República. Presidiendo un gobierno de transición, convocó a elecciones generales, definiendo su realización unos meses más tarde.
El Dr. Rodríguez comenzó el conversatorio reflexionando sobre la época de la dictadura, época en la cual él todavía era estudiante. Por sus experiencias en esta época es que valora los veintiocho años de democracia que está viviendo Bolivia. La época de las dictaduras han demostrado el peligro de poder, mientras que la democracia es un sistema que “pone balances y contrapesos”, otorga derechos políticos a los ciudadanos y garantiza la libertad de expresión, reunión y opinión.
Al relatar sobre su trayectoria política, puso énfasis en que él nunca fue parte de un partido político. Para él hacer política no es solamente formar parte de un partido. Así, su primer trabajo fue en el Congreso Nacional, lugar en el que trabajó como Secretario auxiliar del juzgado. Con el golpe de Estado de García Meza, el Dr. Rodríguez fue suspendido del Congreso, motivo por el cual se fue a Estados Unidos a hacer una maestría en Administración Pública. Desde entonces se concentró en las áreas de administración de justicia y administración pública. Al volver a Bolivia, trabajó en la Contraloría General y después en la Corte Suprema de Justicia. En el año 2004, al renunciar el Presidente de la Corte Suprema, el Dr. Rodríguez fue designado como nuevo Presidente de la Corte. La época en la Corte Suprema el Dr. Rodríguez la caracteriza como gratificante, por el hecho de que se puede decidir sobre bienes, libertad, conflictos y otros. El problema que él siempre vio, fue la falta de acceso a esta justicia. En general, cree que la política no tiene mucho interés en la justicia.
Nuevamente, sin haberlo pretendido, en 2005 fue nombrado Presidente, esta vez de Bolivia. Tras la renuncia del Presidente Carlos Mesa y los Presidentes del Senado y del Presidente de la Cámara de Diputados del Congreso Nacional, el Dr. Rodríguez tuvo que asumir el puesto. Ser presidente no fue fácil, como afirma. Si bien se tiene la capacidad de asignar recursos, identificar problemas y prioridades, para ser un líder político se necesita empeño y vocación. Tuvo altas y bajas en su periodo como Presidente. Por ejemplo, despidió la ley para la elección democrática de los prefectos, a fin de que no sean nombrados por el oficialismo; fue responsable de la asignación de porcentajes del Impuesto a los Hidrocarburos (IDH); responsable de la asignación de escaños; y tuvo la tarea de organizar las elecciones presidenciales. La convocatoria para las elecciones fue rechazada por la Corte Suprema de Justicia ya que la distribución de escaños no se ajustaba a los datos del Censo 2001. A pesar de haber sido denegada la convocatoria, el Dr. Rodríguez estableció una nueva distribución de escaños por decreto para llamar a elecciones en el 2005. Después de las elecciones, el Dr. Rodríguez regresó a trabajar a la Corte Suprema de Justicia, la cual pretendió iniciar un proceso contra su persona por haber ignorado la denegación de esta instancia a elecciones bajo las condiciones mencionadas. El Dr. Rodríguez renunció al poco tiempo.
El conversatorio concluyó con preguntas y comentarios por parte de los participantes. Muchos opinaron que prevalece aún la retardación de la justicia ordinaria. El Dr. Rodríguez comentó al respecto que la política en Bolivia muchas veces tiene otras prioridades como huelgas, conflictos y otros. En general, en Bolivia existen mil jueces, es decir, diez jueces por cada diez mil habitantes. Estas estadísticas son positivas, pero los jueces están mal distribuidos. Además, afirma, no existe una “justicia de paz” en Bolivia. A otra pregunta sobre como él encuentra la justicia comunitaria, el ex Presidente opinó que cuando funciona es inmejorable y que le parece un buen mecanismo para asuntos cotidianos. Pero como ningún sistema es perfecto, tampoco lo es la justicia comunitaria. Otras preguntas fueron de naturaleza personal: si se postularía a las siguientes elecciones y preguntas sobre el caso de los misiles chinos.